crisis
Un artículo expone el estado de la cuestión sobre el liderazgo en el mundo post-pandémico
José Francisco Jiménez, Juana Ruiloba y Francisco Collado han publicado recientemente el artículo «Liderazgo político para un mundo nuevo: cambios globales y pandemia de la Covid-19» en la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales. Este trabajo plantea el liderazgo político en un contexto globalizado con un alcance limitado debido a los efectos de la crisis sanitaria. A partir de una reflexión sobre esta coyuntura, los autores proponen el tránsito hacia una época en la que se recupera el protagonismo de los Estados y de los liderazgo políticos a expensas del papel de las entidades suprancionales. A partir de ahí, delimitan el contexto y el concepto de globalización para comprender como afecta a las dinámicas prolíticas actuales, establecen una revisión de las teorías sobre el liderazgo a la luz de los nuevos cambios y reflexionan sobre los estilos, cualidades y el contexto en el que se desenvuelven los líderes nacionales.
A quién le importa
Este fin de semana se han alternado dos hechos que afectan directamente a la persona que ostenta la Presidencia de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. De un lado, las manifestaciones con decenas de miles personas en Granada, Málaga, Huelva y Sevilla contra los recortes en salud del gobierno autonómico. De otro lado, la convocatoria del congreso que elegirá al nuevo Secretario General del PSOE, donde la sevillana compite contra Patxi López.
Entre otros precedentes al problema de pérdida de calidad de los servicios sanitarios se pueden mencionar bastantes más. Las continuas denuncias presentadas por el ya famoso Jesús Candel, alias “Spiriman”; la destitución del director gerente, Emiliano Nuevo, realizada por el Servicio Andaluz de Salud en febrero del año pasado por solicitar más recursos; las largas listas de espera en atención especializada; la compra de medicamentos de baja calidad; e incluso el colapso de las consultas de los médicos de cabecera. Con este aval, Susana Díaz aspira a presentarse como lideresa del PSOE y futura candidata a la Presidencia de España.
No falta decir que en la agenda del ejecutivo andaluz, lo que suceda dentro de su comunidad poco importa. Ya que ahora existe una ventana de oportunidad para que las élites regionales socialistas coaligadas con Díaz puedan implantarse nuevamente en Ferraz. Sede que volverá a ser dirigida directamente desde la capital hispalense. Lo demás parece que es superfluo en la agenda de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Participación en el XII Congreso de la AECPA
José Francisco Jiménez (UPO) y Francisco Collado (UPO) han presentado dos ponencias en el último congreso celebrado por la Asociación Española de Ciencia Política y de la Administración (AECPA), en San Sebastián entre el 13 y 15 de julio. Estas exposiciones han versado sobre una revisión del liderazgo de José Luiz Rodríguez Zapatero como Presidente del Gobierno, bajo el título «Liderazgos antes y durante la crisis en España: José Luis Rodríguez Zapatero y la construcción del liderazgo socialdemócrata»; y la importancia de la participación política de los inmigrantes desde la teoría pluralista de la democracia, con el nombre «La participación política de los inmigrantes en las poliarquías: una aproximación desde la teoría democrática de R.A. Dahl».
De vuelta en Málaga
El arribafirmante ha aterrizado en la urbe malacitana tras un año en Madrid. La ciudad parece seguir en su continuo trance. En las calles no se perciben los efectos de la crisis. No hay manifestaciones, ni grandes huelgas. Las personas se mantienen sumidas en la cotidianeidad del Centro, dirigiéndose a algún comercio en la calle Larios o calle Nueva, o quizá realizando sus compras puntuales en el Mercado Central.
Sin embargo, esta imagen idílica es sólo un espejismo. Un telón detrás del que se oculta el día a día de muchas familias que han sido lanzadas a la calle. Nunca mejor dicho. La identidad que hace distinta a Málaga, es el papel que juega su clase media y el esfuerzo de sus ciudadanos. Muchas empresas han caído, sin el apoyo de la Junta de Andalucía, que ha decidido fortalecer el frente de sus inversiones en Sevilla. Este realmente es nuestro día a día.
Para continuar, no son pocos los malagueños y las malagueñas que se están yendo al exterior. Conforme aumenta esta salida de intelectuales y se pierde gran parte de la riqueza de las familias, Málaga pasará a convertirse en algo que no es. Puede que en algo que nunca fue, o en algo distinto. Se pierde su esencia.
Lisboa, ciudad del desasosiego
En el delta del Tajo. Descansa oscura, estrecha, laberíntica y triste, la capital lusitana. También en sus grandes espacios urbanos abiertos al mar y al comercio se vislumbran atisbos de luz. Breve esperanza. Éste es el carácter de la ciudad de Lisboa, en la que dice un refrán que llena de tanto optimismo a sus visitantes que al abandonarla todo se vuelve desesperanza. Probablemente, hay algo de razón en el conocido «desasosiego» del poeta Fernando Pessoa. Y aquí es donde el arribafirmante ha tenido la fortuna de volver por segunda vez y de caer en la más suma añoranza tras la vuelta.
Políticamente, Portugal es un país orgulloso de sus instituciones y de su historia. Nada que ver con la crispación española, ni con el rencor de la Castilla profunda. A diferencia de nuestro país, la sociedad lusa no padece una alta tasa de paro ni grandes subidas de precio. Sin embargo, el Estado ha tenido que recortar considerablemente las políticas sociales e incrementar el IVA. No escasean desde las llamadas a la revolución hasta los carteles de protesta por los impuestos en cualquier bar o cafetería. Un ambiente muy distinto al que existía hace un año antes de las últimas iniciativas políticas.
Sin embargo, Portugal está cumpliendo bien su papel en la Unión Europea. Al menos, a ojos de la Alemania de Merkel y de los mercados. Cada vez más, los pueblos mediterráneos o lo que los economistas centroeuropeos llaman PIGS se están convirtiendo en vasallos de los países del Norte europeo. Y llegará un momento, en que el orgullo de estos pueblos se sentirá más que herido y responderá de una forma contundente. Nadie quiere ser la Grecia de la crisis económica, pero todos los antiguos bárbaros de Europa intentan trazar una línea histórica con la Atenas democrática para alabar la bondad de sus sistemas. La historia no es un retal que se descose a partes mejores o peores, la historia es un continuum que al final se acaba repitiendo de una forma u otra. De hecho, ya se está produciendo el IV Reich tan autoritario como siempre, pero tan sofisticado como nunca.
Elogio liberal, retracto popular
En estos tiempos que corren, existen modas ideológicas y aparentemente contrapuestas. En tiempos de crisis, adscribirte a una corriente de pensamiento político parece una respuesta de verdadero o falso, de permitido o prohibido, de acierto o de pecado. Ese culto politeísta del que habla Giddens en los albores de la postmodernidad, es un fantasma errante en la difícil política española. O estas con el sistema que es algo así como obedecer a Alemania y consentir la injusticia, o estas contra el sistema que representa su subversión hacia un modelo que ya se ha demostrado que es inviable en la práctica política.
Probablemente, estemos en la fase inicial de un nuevo tipo de autoritarismo o totalitarismo del siglo XXI, que aún no ha sido diagnosticado por la Ciencia Política y la Filosofía Moral. Seguramente también, una ideología permisible es la que se basa en la libertad de pensamiento liberal-democrático, una suerte de relativismo moderado y limitado por los derechos individuales. Y aquí es donde la personalidad y la individualidad de cada uno y cada una deben jugar un papel crucial.
Desde el Gobierno del PP, se está imponiendo una lógica bastante peligrosa en lo que Lakoff y Goffman llaman los “marcos”. El marco popular impone que estemos a favor de la posición predominante de los bancos, de las subidas de impuestos y recortes y de aceptar el aumento del desempleo hasta que el Estado saneé sus cuentas. Y además, aspiran a que los liberales españoles aprueben esta ideología bajo pena de herejía.
Sin lugar a dudas, un liberal-democrático no se plegará ante esta bazofia de marco, poco refinado y más aún injusto. Nadie que sea liberal puede aceptar una subida de impuestos, nadie que sea liberal puede permitir que su propiedad privada y la de sus ciudadanos sea violada por una entidad fantasma que juega con dinero invisible, nadie que sea liberal permitirá una intervención tan inútil del Estado en la economía. Y sin embargo, los populares tienen el descaro de reclamar la ideología liberal en sus estatutos, un lugar del que por ahora no ha salido.
Hipótesis (II): seguimos aplazando la deuda postsoviética
Como se adelantó en una columna anterior, el interés diario de la prensa europea en torno a la deuda de los países mediterráneos no responde a planteamientos periodísticos. Más bien, es una necesidad política de Alemania que divorciada del eje franco-alemán desea convertir su agenda nacional en la agenda de la Unión Europea, ocultando las malas cifras de los países miembros del Este. Y es que, como dijo un asesor del Gobierno alemán, “estamos aquí para que paguéis la deuda que habéis contraído, después de haber gastado más de lo que podíais”.
En una comparación, entre los datos macroeconómicos de España y Polonia observamos como la deuda ronda la cifra española y su prima de riesgo se acerca hacia el precipicio de los 400 puntos. La pregunta es dónde están el Bild o The Guardian, avisando sobre este riesgo para la inversión en el antiguo espacio postsoviético. Sin embargo, siguiendo una vieja máxima marxista: todo tiene una explicación económica al menos.
Para empezar, en Alemania existe una desigualdad económica patente entre la zona occidental más rica y la oriental más pobre como resultado de su unificación en los noventa. Por lo que, la existencia de países con un PIB inferior y unos precios más bajos representa una ventaja para compensar la bolsa de la compra de los antiguos alemanes del Este. De forma que, estos ciudadanos tienden a realizar compras como bienes de primera necesidad, ropa y gasolina cruzando la frontera a la República Checa y Polonia.
Esta demanda de productos por parte de los alemanes permite explicar una menor tasa de desempleo en Polonia y unos datos a grandes rasgos menos negativos que los españoles. Sin embargo, eso no ha sido suficiente para que la crisis no se haya cebado con estos países recientemente ingresados en la Unión Europea. Por lo que, seguramente si España no fuese mediterránea y estuviese más cerca de Alemania, otra Merkel cantaría.
Alemania pone el ojo para ocultar la mano
Hace unas semanas, en un conocido programa de televisión presentaban un reportaje sobre el ambiente de la actual sociedad griega. El conocido presentador andaba por las calles, preguntando a los griegos qué si pensaban salirse del euro, a lo que un ciudadano de a pie respondió audazmente. “Los alemanes no tienen que humillar a los griegos, no deben olvidar que la democracia empezó en Atenas”.
La mano de hierro de Merkel aprieta y ahoga. Cambió el gobierno italiano por una corte de tecnócratas eurocreyentes. Y ahora, amenaza con intervenir en la política griega si no consiguen alcanzar un ejecutivo de consenso en las próximas elecciones. Alemania clama al oráculo de los fantasmas del pasado: el autoritarismo y la unilateralidad como herramientas de política exterior. La única diferencia es que la ocupación del Reich ya no es militar, sino burocrática que representa el depredador de las sociedades liberales.
Grecia es un país con un pasado arduo, duro y honorable. En suelo helénico se encuentra el origen de la filosofía y las ciencias clásicas, de la democracia frente a la tiranía y del desarrollo de la cultura grecorromana. Mientras tanto, los pueblos germánicos caminaban como bárbaros sobre la tundra. Más tarde, la identidad griega palideció durante la larga ocupación otomana y siglos posteriores, fue liberada del yugo musulmán. A la par que, los alemanes tardaban siglos en consolidar una identidad común bajo la filosofía hegeliana.
Alemania carece de legitimidad para dirigirse a los griegos como lo está haciendo. Ni tiene un pasado histórico democrático mayor de cien años. Ni mucho menos, es el caudillo de la Europa unida. Este aguilucho germánico nada habla sobre la deuda, el paro o la economía de los países de Europa del Este. A Merkel le interesa hablar de España y Grecia, para tapar a países como Hungría, Rumania, República Checa y Polonia, por citar algunos. Estados donde el consumidor alemán disfruta de unos precios bajos y una mano de obra barata. He aquí el milagro alemán.
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