Mes: abril 2011
Sin pan, pero con circo
La agenda marca un punto y hora. Una hora y un punto de cita comunes para todos los medios de comunicación nacionales y mundiales, en la Abadía de Westminster. Lugar de lujo y boato de boda real. La mayoría de las televisiones sintonizan la retansmisión en directo del que parece un hecho histórico, cual viejos tiempo feudales fueron, del matrimonio entre un miembro de la realeza británica y una chica del pueblo llano.
El circo está preparado para todos. Se acabaron las cifras del paro, las elecciones municipales, la toma de decisión de voto y el querer cambiar la situación económica y social. Muchos irán a la cama hoy pensando que serán felices y comerán perdices, no ellos, sino los que se habrán casado para cuando ustedes lean esto. A la espera y la creencia, de que la monarquía es todavía una institución de relevancia en sus vidas para muchos no ya españoles, sino también otros europeos.
Y tiene razón, Pepe García cuando dice que a la sociedad le sigue gustando un buen desfile militar, pero también hay que añadir una cita social de la realeza. Un cuento de hadas en el que la bella princesa, es desposada por un príncipe azul. El cual la saca del triste mundo que vive, ya sea barriendo la podredumbre de sus hermanas o en este caso, analizando la historia del arte.
El circo no es un monopolio del disfrute mediterráneo. También es un teatro para muchas sociedades que viven el hambre con palabras mayores. Así, dulcifican sus vidas durante un día y otro, para volver a la triste realidad de que no hay pan. La estrategia del “panes et circenses” ha cambiado para convertirse en el circo, pero sin pan. Esto nos lleva a la conclusión de que vivimos de circo, de teatro.
Presupuestos participativos como alternativa a la consulta electoral
En unos pocos meses, los municipios consultarán a sus habitantes sobre la composición de los representantes del gobierno local. Pero, debemos señalar que la participación de los ciudadanos no se circunscribe a un voto cada cuatro años. En esta línea, la actuación pública que está teniendo actualmente mayor repercusión en materia de participación ciudadana son los denominados presupuestos participativos. En síntesis, los presupuestos participativos suponen la aportación de una cuota del gasto público municipal en propuestas realizadas por los colectivos de la sociedad civil y los ciudadanos.
Con ello, se busca una participación directa de la ciudadanía y priorizar en el presupuesto de la localidad sus demandas más importantes. De esta forma, los ayuntamientos han intentado aumentar su legitimación democrática y su especial relación de cercanía con el desarrollo de estas prácticas. Por lo que, se plantea la hipótesis de que estas prácticas participativas complementasen la representación política de los ciudadanos a través de las elecciones.
La participación en los presupuestos participativos es una experiencia reciente en España y qué debe mejorar la cantidad asignada a los ciudadanos. No obstante, para garantizar un uso eficaz de estas cuotas surgen dudas sobre la creación de consejos cívicos corporativizados como argumento desde la izquierda y el temor a la falta de cultura de gestión y escasa formación desde posiciones conservadoras. El problema es que una iniciativa dirigida a “educar” a los ciudadanos en estas prácticas puede presentar sesgos adoctrinadores. Por lo que, seguiría sin cumplirse una auténtica práctica democrática.
Asimismo, los presupuestos participativos son unas prácticas eminentemente locales y que deben extenderse a otros municipios. Por ello, es recomendable que los que se inicien se guíen por las experiencias de las ciudades que ya los han implementado, conociendo sus éxitos y evitando corregir sus errores. El problema al final gira en torno a dos cuestiones: la cultura cívica de los ciudadanos y la cultura de gestión de la clase política local en su hora tomar decisiones en torno a los elementos básicos de los presupuestos participativos.
Encuesta de los candidatos a la alcaldía de Málaga
La carrera electoral para la alcaldía a Málaga ha comenzado con un maratón de presentaciones, actos políticos e inauguraciones. Por ello, es oportuno valorar los distintos líderes y las candidaturas que los partidos políticos ofrecen para el consistorio malagueño. Con esta intención, hemos elaborado una breve encuesta sobre los distintos candidatos y sondear su liderazgo entre nuestros lectores.
Cinco años del Avisador Malagueño
Hace no pocas columnas, hablamos de la riqueza histórica y cultural de Málaga. Un valor singular sobre el que podría haber girado la capitalidad cultural y no sobre las tácticas partidistas y el beneficio empresarial. Hoy viene a colación hablar de un proyecto, la revista cultural ‘El Avisador Malagueño’ que se inició hace ya un lustro y que ha sido premiado el pasado viernes con el galardón “Sentir Málaga” que entrega anualmente la Asociación Málaga Siglo XXI.
Por principios de 2006, el historiador y escritor Diego Ceano reunió a un grupo de historiadores, escritores y especialistas en distintos ámbitos de la cultura malagueña. A partir de este equipo, se impulsó la creación de una publicación de periodicidad mensual y cuyo nombre hiciese honor al antiguo periódico malacitano, en la que se tratan distintos temas como la Málaga musulmana, la época decimonónica, misterios, leyendas, flamenco, recuerdos de un pasado reciente y mucho más. Todo ello, con el objetivo de servir como apoyo a los docentes de Historia en los colegios e institutos de educación secundaria para que los alumnos conociesen a su ciudad. Si bien, esta meta no se ha conseguido, el camino final que se adoptó ha sido exitoso.
Con el paso de los meses, aumentaron el número de personas a las que llega un ejemplar del Avisador Malagueño. Así, se han abarcado instituciones, casas regionales, malagueños en el exterior y muchos otros particulares que aún estando lejos de su tierra, tienen un trozo de su esencia para disfrutarla cada mes.
Y llegado a este punto, cabe preguntarse dónde están los políticos, las instituciones y los intelectuales pagados con prebendas del partido de turno para apoyar esta iniciativa. Por desgracia, ninguno de esos elementos ha tenido acceso a la elaboración del contenido de esta revista hasta el momento. Están demasiado ocupados dando palmaditas en la espalda a sus secretarios de organización y hablando de la “incultura malagueña”. En cambio, esto ha permitido que, intelectuales anónimos hayan podido escribir sobre la historia y las raíces malagueñas sin la censura política ni el apoyo condicional de místicos. Cubriendo el vacío de los que se llaman la élite cultural de la ciudad y permitiendo así, recuperar una Málaga que se hace mucho de querer.