sociedad
Hastío
Los partidos arrancan su pre-campaña con vistas a junio. Si bien, el monarca ha vuelto a retomar su agenda para evitar el bloqueo de la situación política actual. Por lo que, parece que la institución más vieja y menos democrática -ya que es hereditaria- del país es la única dispuesta a abrir las compuertas de la gobernabilidad en este estancamiento del embalse político. Frente a lo que parecían los primeros brotes verdes de mejoría económica se produce un contraste con este ambiente tenso y calmado de la arena política que prometía un «cambio» ante la decepción de los votantes de la mayoría de los partidos.
Si bien, la respuesta de las bases de Podemos indican que esta decepción no está tan instalada en amplios sectores de la sociedad. Y es que, la misma actitud opuesta a la búsqueda del consenso no pertenece sólo a la clase política, sino también entre la misma sociedad. A falta de consultas en otros partidos, es difícil saber si esta hipótesis se replica en otras formaciones como el PP, PSOE, Ciudadanos o Izquierda Unia. Mientras tanto, la única apuesta viable parece ser el «gobierno a la valenciana» que sigue sin sumar escaños suficientes para alcanzar un gobierno, no se diga ya estable.
La crisis de deslegitimación del principio de representación política parece tocar a su fin, al menos en la formación de Iglesias, a la luz de los datos anteriores. Y por tanto, más valdría hablar, si se conformara esta hipótesis, en la baja capacidad de consenso de nuestra ciudadanía en general. Fuese quizá este un elemento sobre el que dirigir futuras investigaciones y elucubraciones para los politólogos en los próximos años. Lo que está claro es que el cambio en la intención de voto en particular y en el comportamiento político en general no se produce en el corto plazo. Por lo que, las próximas elecciones arrojarían un resultado similar al de las que se celebraron hace cuatro meses con escasas variaciones, según muestran las encuestas. Y esto lleva a un callejón con una única salida: tecnócratas.
Charla sobre evolución política de Andalucía
Fátima Recuero y Francisco Collado, han impartido una charla sobre los distintos cambios políticos y sociales que ha experimentado Andalucía en una clase sobre Historia Contemporánea de Andalucía en la Universidad de Málaga. Esta intervención celebrada el lunes 14 de marzo, que ha contado con la invitación y organización de la profesora Mercedes Fernández, ha desglosado distintos aspectos como la identidad andaluza, la transición política, la constitución del Estado de las autonomías y la evolución electoral de esta región.
A lo largo de la sesión, los alumnos han planteado distintas dudas sobre el fracaso del referéndum andaluz en Almería, la visión que los medios de comunicación transmiten de la realidad política y el grado de desarrollo económico de la región. De esta forma, esta actividad se encuadra dentro de distintas sesiones que Mercedes Fernández organiza para acercar las investigaciones y los hallazgos más recientes sobre la realidad histórica más reciente a sus alumnos y alumnas.
Relatos
Alguna vez hemos hablado de la perspectiva del constructivismo en Ciencias Sociales. Esta forma de abordar la realidad política y también de entender la vida, parte de que la misma vida está vacía de contenido de por sí misma. Ya dijo Schopennhauer que la existencia es dura por eso de que es un vacío de angustia y continuó Nietzsche con que la vida está hecha para los fuertes que prescinden de discursos que permiten dulcificar nuestro paso por el mundo. Ante esto, los constructivistas sostienen que nuestro mundo político, económico y social ha sido construido sobre artefactos como ideas, normas, creencias y opiniones que unidas en su conjunto crean discursos.
El discurso, o mejor dicho los discursos, están presentes en cada individuo y momento de nuestra vida. Existe un mercado amplio de distintos discursos (marcos), en los que cada sujeto adquiere aquellos que desea o la parte que mejor le parece de cada uno. Así, a través de la elección de los discursos y su fusión o reconfiguración, cada persona crea su propia visión del mundo. Es por eso, que nuestra sociedad no es una construcción natural al modo de las manadas de lobos o como dijo Aristóteles, sino que es una construcción artificial. Otra cosa es que el ser humano por sus características psicológicas y físicas precise crecer preferiblemente en el interior de un entorno social.
La cuestión es que nuestra existencia está llena de relatos. ¿Por qué triunfa el cine, la literatura o recientemente, el mundo de videojuegos? Porque ofrecen relatos, respuestas alternativas a muchas preguntas que la filosofía, las ideas políticas y las ideologías no han sabido cubrir hasta el momento. Por eso, erróneamente se habla a veces del fin de la historia o del fin de las ideologías, cuando falsamente lo que se oculta es la multiplicidad de relatos que dan sentido a nuestra vida, una vida que de por sí está vacía y hay que llenarla. Ya a cada cual, el contenido que elige para rellenar su copa que es algo sólo posible en la democracia.