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Los profesores Collado y Jiménez Díaz publican un artículo sobre los liderazgos de los primeros ministros de España y Portugal durante la crisis de deuda soberana

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Los docentes de Ciencia Política, Francisco Collado de la Universidad de Málaga, y José Francisco Jiménez Díaz de la Universidad Pablo de Olavide han realizado un reciente análisis sobre la gestión que realizaron los jefes del ejecutivo español y portugués durante la crisis financiera de 2008 desde una perspectiva interpretativa. Este estudio titulado «Surfing the hurricane: Iberian leaderships during the Debt Crisis from biographical and interpretive perspective» en la Revista de Sociologia e Política muestra como los liderazgos de Rodríguez Zapatero y Rajoy en España, y Sócrates y Passos Coelho en Portugal frente a la crisis económica afectaron con distintos resultados a sus carreras políticas. Entre las principales reflexiones cabe destacar como la superposición entre las orientaciones de la Unión Europea y las políticas nacionales en el ámbito económico produjeron una reducción de la autonomía en el proceso de toma de decisiones de los jefes de Gobierno y como los líderes sinceros que son capaces de diferenciar responsabilidades políticas ante los electores tienen mayor probabilidad de supervivencia política ante un contexto de crisis económica.

Geriátricos políticos

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DOCU_GRUPO DOCU_GRUPOLa carrera política en España tiene un recorrido multinivel. A grandes rasgos, el inicio se produce en el gobierno local, siendo alcalde o concejal con responsabilidades ejecutivas en el ayuntamiento. Al cabo de uno o dos mandatos, unos reducidos sujetos que han ejercido funciones en el ejecutivo municipal son promocionados como diputados autonómicos y/o nacionales. Bien se puede dar el caso, de ser primero parlamentario regional y posteriormente pasar al Congreso. Finalmente, el diputado puede formar parte del gobierno con un puesto como ministro o secretario de Estado. Y si la cosa sigue adelante, acabar en alguno de los conocidos cementerios de elefantes.

Los “geriátricos políticos” o instituciones dirigidas hipotéticamente a aprovechar el bagaje de estos profesionales son variados. Entre ellos, se encuentra el Senado, un lugar que puede servir tanto de premio por la labor desempeñada en el partido como una forma de deshacerse de elementos incómodos. La diplomacia es otro lugar donde aparcar a estos ancianos que comparten silla con la vieja aristocracia castellana. Ahí está el reciente Wert que ha acabado en París por destruir nuestro sistema educativo. Y como no, las instituciones europeas y supranacionales que suponen una forma de salida de lo que podría definirse la esfera del Estado.

Estos días se habla del caso del Yak-42 y de Ignacio Trillo. El Peter Baelish del aznarismo. El político perfecto que a todos cae bien y dispuesto a gestionar los temas más truculentos, taimados y sucios que necesite el príncipe. Parece que la justicia no alcanzará a Trillo después de regresar de su idílico exilio inglés, quien ya solicita ser integrado en el castizo Consejo de Estado que representa a la sociedad tanto como un simio al conjunto de los mamíferos.