Derecho

Investidura polarizada

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investidura sanchezPedro Sánchez ha protagonizado el primer intento de investir a un Presidente del Gobierno en España, sabiendo previamente la imposibilidad de ser aceptado. Sólo el episodio que protagonizó Antonio Hernández Mancha durante su fallida moción de censura a Felipe González, guarda alguna analogía con la heroica defensa del líder socialista de su pacto con Ciudadanos. Tras una crisis financiera, un aumento de la desigualdad y una legislatura marcada por una mayoría absoluta despótica -la de Mariano Rajoy-, el debate de investidura se ha convertido en un encuentro bronco entre los distintos grupos parlamentarios, con la salvedad de Albert Rivera y Sánchez.

Rajoy e Iglesias se reconocen mutuamente. Son la antítesis mutua y los enemigos eternos. Saben que se necesitan. Populares y podemitas representan los extremos ideológicos de una sociedad que posiblemente se haya polarizado como resultado del desarrollo de la realidad social. Una clase política polarizada niega cualquier punto de partida hacia un cambio profundo que permita una mejora profunda de la situación de la ciudadanía en todos los ámbitos. Podemos defiende el cambio, pero única y exclusivamente su cambio centrado en el reparto de sillones cual ritual micheliano. O el cambio podemita o la inamovilidad popular son las opciones que Iglesias ofrece a su electorado y a los españoles. A esa patria de la que se le llena la boca, pero de la que ayer no se ha acordado entre sonrisas cómplices con el líder popular.

Se acabó la obra de teatro. Los actores se han quitado las máscaras y cada uno sabe cuál es su papel. El viernes habrá que repetir el intento en segunda vuelta para ver qué sucede. Sucederá un desenlace trágico, ya que nuestra clase política tiene la inmadurez suficiente como para no representar a su ciudadanía. Se rechaza de lleno un proyecto de centro que aúna propuestas incluso que han sido recogidas en los proyectos de la formación morada. Por tanto, la única opción que cabe a nuestra macarra clase política -especialmente la de Rajoy e Iglesias- es el extremismo partidista. Sería bello pensar que nuestra sociedad es más madura y que no nos representa. Aunque probablemente ya sea tarde. Vuelve a ser tarde para esta nuestra España cainita, revanchista y bronca que lee a Maquiavelo como quien se masturba sacrílegamente sobre un crucifijo.

Cambio retrasado

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sanchez riveraEl acuerdo entre el Partido Socialista Obrero Español y Ciudadanos ha irrumpido con fuerza esta semana. Ahora queda comprobar dentro de unas semanas, si finalmente se produce la investidura de Pedro Sánchez y si Ciudadanos entra en el ejecutivo como obviamente cabría esperar. Más allá de lo que suceda, ya que sería necesaria la abstención de Partido Popular o de Podemos para que se pudiese completar, es interesante observar cómo se muestra el electorado de cada uno de los partidos a este pacto que un gran sector de la opinión pública podría calificar de “antinatura”, especialmente los conservadores, socialistas (reales) y partidarios podemitas.

Según una reciente encuesta de Metroscopia, hasta la mitad de los votantes populares son partidarios de que se vote a favor o se produzca una abstención en la investidura. Así como también se desglosa que la cúpula popular está necesitada de una renovación profunda e intensa. Lo que no se resuelve con un comité de sabios en tres cuartos de hora como se ha visto con la puesta en escena de esta semana. También, la mitad de los socialdemócratas se manifiestan positivamente con la abstención o el voto a favor tanto de populares como podemtas. No obstante, el dato interesante viene de parte de los votantes de Pablo Iglesias, siendo un 43% los que se manifiestan a favor del apoyo de los populares y un 56% del apoyo de Podemos.

La pregunta qué se debe hacer es por qué más de la mitad de los partidarios de la formación morada se muestran tan favorecedores de este apoyo a un gobierno de centro-izquierda y centro-derecha. Disculpen que el escribiente no crea en el centro como algo posible. Obvimente, no es que los votantes de Pablo Iglesias crean en el “recambio” como se bautizó a los naranjitos. Al contrario, una legislatura conjunta de PSOE y Ciudadanos puede plantearse como una coyuntura en el corto plazo. Un gobierno siempre pendiente de un débil hilo que podría ser cortado en cualquier momento a través de una moción de censura conjunta del PP y Podemos, favoreciendo el surgimiento de un nuevo horizonte para formar otros posibles gobiernos.

Teatro político

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maxresdefaultEl gobierno entre PSOE y Podemos es una realidad efectiva. Al menos eso ha escuchado el arribafirmante de un miembro de la cámara alta. Al parecer tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias habrían acordado desde hace más de un mes cuál sería el futuro gobierno de este país, tras la renuncia de Mariano. La sucesión de episodios de intentos, abandonos, amores, rupturas y rechazos entre los grupos parlamentarios no sería nada más y nada menos que la puesta en escena de una obra literaria. Un drama no al estilo shakesperiano, sino al más puro estilo rocambolesco y gamberro de Juego de Tronos donde nunca termina de haber un desenlace final.

Es sugerente la invitación que hace la hipótesis de la política como teatro. Y es que, la vida pública no deja de ser una puesta en escena. Una trama donde los actores, los discursos, las proclamas y los símbolos adquieren un valor especial. Durante mucho tiempo, los expertos en política han denostado la preocupación intelectual por el poder simbólico y las consecuencas que implica. No obstante, esta telerrealidad mostrada a través de los medios de comunicación y de la actuación magistral de nuestra élite política hacen palidecer a esos “expertos”.

Ahora bien cabe preguntarse si la última condición sobre un nuevo referéndum catalán era parte del guión. O si por el contrario, ya se había pactado una respuesta entre los dos partidos de izquierda. Sea cual fuere existe una diferencia entre sus públicos. La audiencia de los socialistas en general no está dispuesta a plasmar la cuestión catalana como una prioridad política en los tiempos que corren. Mientras que, ese electorado de Podemos compuesto de jóvenes preparados, parados, okupas, perroflautas y otras personas afectas al antiguo 15-M, cuya prioridad era la crisis económica sí están satisfechos. Satisfechos con anteponer la independencia de una región española a cambio del cambio.

Gran coalición

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Las negociaciones de Pedro Sánchez han quedado anuladas tras la pinza de Ciudadanos y de Podemos. O con uno o sin ninguno, según arguyen Rivera e Iglesias. Lo que ha seguido después es los gustos por las coaliciones, siendo mayoritaria la coalición Ciudadanos y socialistas para los votantes de ambos partidos y de socialistas y podemitas para estos últimos. Ni la clase política es capaz de ponerse de acuerdo, ni tampoco la sociedad civil tiene muy claro con qué amigos quieren que sus representantes vayan a formar gobierno. Hasta hace uno meses, nuestro electorado rezaba un mantra sobre el milagro, la proporcionalidad política y el fin de la crisis y llegados a la hora de la verdad, todo vuelve a la dinámica cainita y crispante del español medio.

Santa Cruz de Mudela

Aunque, ya se ha dicho. Nuestra nueva clase política tiene menos capacidad de diálogo que la que estuvo al frente durante la Transición. Ahora que se habla de una “segunda transición” y de la necesidad de un gobierno de concentración entre las distintas fuerzas parlamentarias. Sea como fuere, este fin de semana ha salido a la luz un pueblo castellano, Santa Cruz de Mudela, donde populares y socialistas se han alternado en el gobierno municipal durante un mandato. Y cuidado, porque el argumento de “PPSOE” no sirve para este caso, en el que los alcaldes de ambas fuerzas se han visto acosados continuamente por sus respectivas ejecutivas.

La cuestión es que necesitamos una gran coalición. Un gran pacto. Quizás surge la pregunta de si cambiando algunas cabezas, se podría hacer más factible el acuerdo. A fin de cuentas, las negociaciones entre grandes partidos políticos no dejan de ser en gran medida, el resultado del trabajo de personas individuales que son los líderes políticos y que a través de sus compromisos interpersonales consiguen compromisos nacionales. Sin lugar a dudas, Podemos y PP representan dos partidos necesitados de una rápida renovación de sus líderes.

¿Volver a votar?

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elecciones-2016Parece que después de todo, España ha llegado a una situación de “impasse político”. Entre unos que no quieren que gobiernen los otros y los otros que quieren gobernar con terceros para travestirse en aquellos. Rajoy es muy cómodo para Pablo Iglesias, y viceversa. El amor es mutuo. Aunque más incómodo es González para Pedro Sánchez. La ventana de oportunidad está abierta. Tanto para el cambio político como para el cambio de sillones. Mientras tanto, Aznar y Zapatero parecen callar como si miraran hacia otro lado. Quizás a la fluctuación económica que ya ha mostrado los primeros síntomas de estar resentida por la ausencia de estabilidad política.

Por lo que, es probable que para evitar un resfriado y ahora que es invierno, lo mejor es volver a pasar por consulta. La consulta política. Y que el ciudadano, no el politólogo, le diga que lo que tiene que hacer es estabilizar un gobierno que brilla por su ausencia y la presencia de una corrupción envidiable. Si bien es preocupante que ante los escándalos que han salido entre los populares valencianos, haya todavía una mayoría nítida de la sociedad española que le volverá a dar la victoria a los conservadores. Conservadores o radicales. Parece que la mesura ha abandonado últimamente este carácter nuestro tan mediterráneo.

Cuando la mesura o el grado medio nos abandona cometemos un error, ya sea por defecto o exceso. Más bien por defecto que muchas “familias medias” siguen viviendo al límite de los finales de mes, mientras que los pobres se han hecho realmente más pobres. Aquí hay un caldo de cultivo perfecto para que los radicales de arriba y de abajo. Vamos a hablar por fin fuera de rollos de casta, que la sociedad de castas es otra cosa. Y es en ese caldo de cultivo, donde probablemente ahora estamos viendo los efectos de un tostadora que aplasta para aplanar más esa base que debieran ser nuestras clases medias cada vez más exiguas. Esto es lo que encontrará, si se vuelven a producir otroas elecciones este año.

Impotencia

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impotenciaLa impotencia es un mal que disminuye el apetito sexual tanto en hombre como en mujeres. Sus causas pueden ser diversas, desde el tipo de alimentación hasta el estrés, pasando por alguna enfermedad. Lo que impide en muchos casos llegar a un clímax en la realización del coito. No es el deseo del arribafirmante suplantar las funciones de un sexólogo, sino ejemplificar análogamente lo que está sucediendo en el Congreso de los Diputados. En donde, los grupos políticos que lo componen han mostrado, en su inmensa mayoría, la incapacidad de formar una gran coalición capaz de sacar a España del atolladero en el que se encuentra.

Los síntomas de este mal se deben entre otras causas al catetismo ilustrado y los incentivos egoístas. Nuestros parlamentarios desde la estampa turística de Bescansa hasta las declaraciones inoportunas de Villalobos son una muestra de esa preocupación castiza por temas que son eminentemente baladíes en un momento en el que deberían quedar como cuestiones tabernarias. Tampoco la fórmula de juramento en la que han prometido sus cargos los diputados de Podemos y sus franquiciados representan un estímulo para recuperar la credibilidad en nuestra “vieja” clase política. Mientras tanto, todo ha quedado en un enredo sobre quién apoya a quién y a quién no apoyará a la par que se baraja la posibilidad de unas segundas elecciones que producirán, a excepción de la caída de Ciudadanos, unos resultados similares.

La cuestión es que a los españoles en su conjunto no les interesa el sectarismo. El elector en su conjunto ha expresado una fragmentación parlamentaria, similar a la italiana. El problema es que no tenemos políticos italianos, sino nuestra estirpe de catetos ilustrados donde las señas tienen más importancia que las razones de Estado y el bienestar de la ciudadanía. No se debe olvidar que la ciudadanía no está necesitada precisamente de símbolos ni de patizambos, sino de respuestas a tres cuestiones fundamentales: la solución del paro, el mantenimiento del sistema de pensiones y la unidad del Estado español.

Excusas para reformas

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puigdemontHace unos días, el ex eurodiputado de Podemos, Carlos Jiménez Villarejo, enviaba una carta a Pablo Iglesias. Dicha misiva recogía una única petición: reformas. Las necesitadas reformas que el Estado español requiere para mejorar el bienestar de sus ciudadanos y recuperar los derechos civiles perdidos durante el Gobierno de Mariano Rajoy. El jurista solicitaba al líder de la formación morada que dejase a un lado las demandas de los nacionalistas a favor de comenzar el inicio del cambio político a través del acuerdo con las demás fuerzas parlamentarias. Como bien señalaba Villarejo, no era ni hora ni lugar para preocuparse por la independencia de ningún terruño ibérico.

Lo cierto es que el condicionante de Podemos, de colaborar en la aplicación de las reformas -en la mayoría de las cuales el PSOE e IU están de acuerdo y en otras que podría sumarse con Ciudadanos- venía supeditada a la celebración de plebiscitos autonómicos. Especialmente ahora que está candente el tema de Cataluña. O lo estaba, ya que el nombramiento de Puigdemont, ha acabado con el inusitado protagonismo que En Comú Podem aspiraba a tener en el proceso independentista. Ahora, la música del te reformo toda la casa, si separamos una de las habitaciones suena a requiem por una excusa. Y es que, el servicio de reformas profesional de Junts Pel Sí ha dejado a un lado a los manitas de turno.

Bien cabe observar si Iglesias presentará una nueva excusa barata, o si por el contrario, cederá finalmente a negociar con Sánchez. A la par, Rivera ha hecho gala estos días no tanto de su capacidad de acuerdo como de ser el lacayo de Rajoy como si de un apéndice popular se tratara. Todo ello, aludiendo al sacrosanto pilar de la “estabilidad”. Con Iglesias y Riveras poca estabilidad se va a alcanzar visto lo visto. Excusas. Sería recomendable que se volviera a proponer sobre la mesa aquella idea que planteó Errejón de nombrar un tecnocráta que permitiera reconducir la situación durante esta legislatura.

El affaire catalán como barrera reformista

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colau-iglesiasLas disputas entre Pedro Sánchez y Susana Díaz por el liderazgo socialista y los bailecitos de Mariano al son de guateque son la imagen de la actualidad política de estas fiestas navideñas. Mientras tanto, se ha seguido debatiendo sobre unas futuribles segundas elecciones. En sí, teniendo en cuenta el gasto superior a 160 millones de euros que conllevarían y los efectos perjuiciosos para los distintos partidos políticos con la excepción de los populares que mantendrían una intención de voto similar a la del 20-D. Sin embargo, nadie ha tenido en cuenta la especial coyuntura de oportunidad política que se presenta ante Podemos que ha recabado unos resultados positivos más allá de las expectativas que dibujaron las encuestas.

El problema de Podemos en cambio es la territorialización de sus ramas y sus aliados políticos. Las mareas gallegas han reivindicado su intención de ir coaligados bajo las propuestas de Pablo Iglesias, pero han hecho hincapié en la independencia de su voluntad política y su deseo de crear un grupo parlamentario propio. Algo similar, pero más acusado sucede con Ada Colau y el proyecto liderado En Comú. Desde este sector de los renovadores de izquierda catalanista se ha aclarado a Podemos que no existe un pacto con Iglesias y que cualquier acuerdo estaría suscrito a la aceptación de una consulta soberanista. Todo ello mientras la trifulca política de la CUP y los intentos de salida de Mas han prolongado la hipotética independencia durante más de tres meses y sigue el gobierno en funciones de la comunidad autónoma. Y ello lleva a que todos los deseos de reformas en el plano social, educativo y energético que proponen los podemitas y su apoyo por parte del PSOE queden suscritos una vez más, como sucedió en su época a Súarez, a las reivindicaciones nacionalistas catalanas.

No nos engañemos. La bandera del independentismo catalán de Colau representa no una simple pugna con Madrid, sino un pulso con las otras formaciones políticas catalanas de izquierda como ERC y la CUP por determinar quién es la verdadera cara del proyecto en esta coyuntura de oportunidad. Mientras la alcaldesa de Barcelona intenta ensombrecer a sus adversarios en la arena política de la independencia catalana, suena un teléfono de fondo con la voz de Varoufakis. Una llamada que otorga reconocimiento internacional a Colau y denostación a Iglesias que hace dos años contaba con el respaldo de Syriza. En strictu sensu, Iglesias es sólo un enemigo dramatizado y Mas un zombi necesario frente a sus verdaderos adversarios como lo son Oriol Junqueras y Antonio Baños. Este último erradicado de la arena política tras su dimisión esta semana.

En este sentido, el catalanismo mantiene dos similitudes con sus características durante la II República y la transición a la democracia. En primer lugar, es un rasgo de ostentación para aquellos líderes que pretenden alzarse con suficiente poder y reconocimiento en el territorio catalán. Una reliquia necesaria. En segundo lugar, por sus dinámicas cainitas -tendentes a dificultar la alianza entre todos los que apoyan el independentismo- dificulta la cohesión del proyecto e impide la realización de políticas reformistas necesarias en el contexto del Estado español. Los catalanes como buenos españoles son tan cainitas como aquellos ante los que se proclaman distintos y diferentes. Lo que a la luz de una Europa cohesionada bajo una unión estas tendencias centrífugas quedan sojuzgadas como un auténtico disparate.

Nueva reseña sobre la economía del procomún de Jeremy Rifkin

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rifkinLa Revista Mexicana de Sociología (RMS), en su número 78, recoge una reseña de Francisco Collado Campaña sobre la monografía La sociedad de coste marginal cero de Jeremy Rifkin. En dicha reseña se propone el enfoque de una economía poscarbono y sostenible que ha influido en la política energética promovida desde las Naciones Unidas y la Unión Europea. Dicho cambio económico se basa en la apuesta audaz por una economía más cívica y liberalizada entre las personas y las empresas. Para ello, el autor se apoya en un recorrido histórico de la Historia de la Economía centrándose principalmente en los procesos de intercambio. Esta visión queda englobado en lo que Rifkin denomina la «economía del procomún» y «procomún colaborativo». No obstante, este nuevo modelo económico implicaría la desaparición de los tradicionales corporativismos ejercidos tanto desde las instancias públicas como privadas. De forma que, este modelo se basa en la lógica de colectivos como Blablacar, Uber y Wimdu, entre otros donde existe una relación contractual directa entre distintos particulares sin mediación de terceros.

La reseña se puede consultar en el siguiente enlace de la Revista Mexicana de Sociología perteneciente a la Universidad Autónoma de México (UNAM): <http://www.revistas.unam.mx/index.php/rms/article/download/53490/47572>

Jugando con fuego

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descargaLa pirotecnia navideña es una maldición continua en aquellos hogares con bebés, ancianos, perros y otros animales de compañía. Hace unos días, sorprendía la noticia del fallecimiento de un perro, Pancho, debido a los estruendos de los fuegos artificiales. Unos días después una palmera del Parque de Málaga ardía a raíz del dichoso problema. Hace unos años, una familia que estaba celebrando la Navidad también sufrió la pérdida de un infante debido a un petardo que «accidentalmente» se introdujo a través de una ventana abierta. En este país de chirigota, la normativa sobre pirotecnia existente en la ley estatal y en los diversos reglamentos y bandos municipales no se hacen cumplir por los poderes públicos. Ahora bien, si es incoherente observar como la normativa sobre ruidos, producidos si son por animales de compañía se salda con multas de miles de euros.

Estos días de Navidad, el arribafirmante ha paseado por los puestos navideños del Parque mientras observaba como impunemente entre chaquetas de Burberrys y abrigo de Prada, padres animaban a sus hijos a explotar los petardos en medio de la vía pública. ¿Es éste el ejemplo que nuestras clases altas piensan transmitir a los niños? Sí. Especialmente, si no tienen suficiente caché para adquirir una escopeta de posta como aquella con la que se hirió el pie el hijo de Marichalar. Claro está que una escopeta, una buena montería y un descanso en el putiferio de turno es el regalo con el que nuestra élite ha educado a su progenie desde hace siglos. Sin irnos por las ramas, es difícil pasar unas Navidades sin tener que soportar los desmanes de una sociedad que en exhibiciones como ésta demuestra el grado de civilización que tiene. Y no faltará mencionar que en algunos lugares del norte español, nadie sale a la calle a comerse las uvas en la plaza mayor, pero sí a dar por saco con los fuegos de artificio. Práctica cultural que acoge la ciudad de Ávila.

Una vez llegado a este punto, y viendo que el incumplimiento de la normativa de pirotecnica puede estar relacionado con el grado de civismo de algunos (bastantes) energúmenos, lo mejor sea tomarse la justicia por parte del interesado. Así, haciendo gala de nuestra tradición hispana, sea mejor con rifle en mano impartir justicia entre aquellos artificieros que indiscriminadamente encontremos por la calle. Obviamente sin hacer distinción de género, edad, etnia o religión para no incumplir el principio de igualdad del ordenamiento constitucional. De esta forma, con un par de sustos o algún fiambre de por medio se hará honor a gráficos episodios históricos como aquel de Puerto Urraco. Desafortunadamente, esto es un sueño de invierno, pero que nadie se extrañe si algún día vemos en la prensa que tras un accidente un sujeto cometió algún acto indebido contra terceros que jugaban con fuego.