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Errejón asediado

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errejon-e-iglesiasLa coalición de Unidos Podemos, o mejor dicho, Podemos se caracterizó por una audaz propuesta desde sus inicios. Esa singularidad estaba y está en saber explicar la realidad política española con mensajes claros, nítidos y transparentes. La joven política de la que se jactaban desde la formación naranja hasta los seguidores de las nuevas tesis de la izquierda adogmática como distinción de su marca. No obstante, una excepción hermética es el discurso creado en torno al conflicto existente en el seno del partido.

Desde hace unos meses, distintos medios de comunicación ya jugaban con un posible desacuerdo tanto ideológico como programático entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón. Lo que se ha confirmado tras las cartas presentadas por ambos esta semana y el aviso de que si cambian los rumbos, también cambiarán las personas. La ardiente crispación y el transversalismo unificador enfrentados por el método para alcanzar un mismo fin: la confluencia de los ciudadanos. No es éste un debate nuevo en la política ni mucho menos en su vertiente más filosófica y moral. ¿Qué es preferible diría Rafael del Águila? La tensión maquiavelista constante o la suave sofisticación de la política cooperativa de Aristóteles y Arendt.

En política, el debate sobre el medio no es una cuestión baladí porque al final cualquier proyecto político tiene como objetivo lograr una mejora en las condiciones de vida de la sociedad. Más importante es aún cuando detrás existe un partido político y el fin deseado dentro de sí, es el mismo. Si la toma de decisión sobre el método descansa en cuál es el instrumento preferido por la mayoría de sus votantes, no cabe dudas al respecto. Por su parte, el flamante Iglesias propone adherirse a los postulados de Izquierda Anti-Capitalista sin haberle preguntado antes a sus militantes siquiera dónde se ubican ideológicamente si en un centro-izquierda o en un extremismo estalinista. Un análisis de las cifras demoscópicas, y Bescansa experta en el tema lo sabe, demostrará que la mayor parte de sus fieles no se encuentran entre las antípodas soviéticas, sino en otro hemisferio.

Impotencia

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impotenciaLa impotencia es un mal que disminuye el apetito sexual tanto en hombre como en mujeres. Sus causas pueden ser diversas, desde el tipo de alimentación hasta el estrés, pasando por alguna enfermedad. Lo que impide en muchos casos llegar a un clímax en la realización del coito. No es el deseo del arribafirmante suplantar las funciones de un sexólogo, sino ejemplificar análogamente lo que está sucediendo en el Congreso de los Diputados. En donde, los grupos políticos que lo componen han mostrado, en su inmensa mayoría, la incapacidad de formar una gran coalición capaz de sacar a España del atolladero en el que se encuentra.

Los síntomas de este mal se deben entre otras causas al catetismo ilustrado y los incentivos egoístas. Nuestros parlamentarios desde la estampa turística de Bescansa hasta las declaraciones inoportunas de Villalobos son una muestra de esa preocupación castiza por temas que son eminentemente baladíes en un momento en el que deberían quedar como cuestiones tabernarias. Tampoco la fórmula de juramento en la que han prometido sus cargos los diputados de Podemos y sus franquiciados representan un estímulo para recuperar la credibilidad en nuestra “vieja” clase política. Mientras tanto, todo ha quedado en un enredo sobre quién apoya a quién y a quién no apoyará a la par que se baraja la posibilidad de unas segundas elecciones que producirán, a excepción de la caída de Ciudadanos, unos resultados similares.

La cuestión es que a los españoles en su conjunto no les interesa el sectarismo. El elector en su conjunto ha expresado una fragmentación parlamentaria, similar a la italiana. El problema es que no tenemos políticos italianos, sino nuestra estirpe de catetos ilustrados donde las señas tienen más importancia que las razones de Estado y el bienestar de la ciudadanía. No se debe olvidar que la ciudadanía no está necesitada precisamente de símbolos ni de patizambos, sino de respuestas a tres cuestiones fundamentales: la solución del paro, el mantenimiento del sistema de pensiones y la unidad del Estado español.

Argumentos contra Pablo Iglesias

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El texto que sigue en estas líneas no es una columna, ni es un análisis. Es un argumentario contra la cúpula de Podemos, en general; y contra su líder, Pablo Iglesias Turrión, en particular. Esto explica el tamaño, el estilo y la redacción del mismo. Si hasta esta frase está pensando que el arribafirmante es algún intelectual a sueldo de algún medio de comunicación de derechas (La Razón, La Cope, ABC, El Mundo), se equivocan. Si creen que estoy a favor de alguno de los dos principales partidos, también se equivocan. Como la mayoría de los ciudadanos y las ciudadanas que viven en este país, soy una de las personas que sufre de un modo u otro la crisis económica. El arribafirmante no se encuentra entre los hipotecados, ni está en el desempleo, si bien como la mayoría de los jóvenes tiene una alta cualificación, no tiene acceso al mercado de la vivienda y aún vive con sus padres. Es uno de los llamados «mileuristas» que a trancas y barrancas salen adelante en nuestro actual sistema político y económico.

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Antes de que sigan leyendo (si no les he producido rechazo anteriormente, ustedes siempre pueden coger la puerta e irse, cerrar ventana en su explorador de Internet, estamos en una democracia), aclararé que ideológicamente soy un convencido del liberalismo democrático con ligeras dosis de socialdemocracia, teniendo como autor de referencia a Karl Popper, autor del libro La sociedad abierta y sus enemigos y como figuras políticas de referencia a Michael Ignatieff. Los principios en los que considero que debe fundarse una democracia y cualquier sistema que se precie como tal son: la pluralidad ideológica, el derecho de ciudadanía, la capacidad de participacion directa o indirecta en la política a través de la representación en el entorno nacional y la participación en el local, la libertad de prensa, la propiedad privada y fielmente, en el individualismo. Creo que cada sujeto tiene derecho a vivir dignamente, expresar libremente lo que piense, respetar lo que piensan los demás, tener una vivienda, disfrutar de una buena salud gracias a un sistema sanitario público, acceder a una educación obligatoria y no vivir desesperado por las facturas, el impago y lo que nos exigen desde Bruselas. Porque gran parte de nuestros problemas están en lo que hoy llamamos Unión Europea y en su política económica. Soy lo que alguna gente llama «alguien de centro», aunque para ser sincero no creo que exista el centro político, ni la transversalidad, ya que al final todos tienden más o menos hacia un lado izquierdo o derecho en cuanto a ideología política se refiere. No seré yo quien les diga que la izquierda y la derecha no existe. Que se los diga otro. Como en todo, los extremos siempre son peligrosos y hay que desacreditarlos con la razón y la emoción, porque cualquier valoración de la realidad política se hace con una combinación de dosis de argumentos y sentimientos. Y en nuestros tiempos de crisis, es el momento para que los oportunistas y los arribistas jueguen con nuestros sentimientos, nuestra rabia y nuestra impotencia contra un tiempo político que se ha vuelto oscuro. Y como dicen en Juego de Tronos, «La noche es oscura y alberga horrores». Así pues, pongamos las cosas en su sitio y ofrezcamos datos para aquellos a los que no les convence Pablo Iglesias y aquellos que no están seguros. Si usted es un convencido de Podemos, abandone la lectura, yo respeto que usted piense diferente, aunque personalmente no lo comparto y me produce rechazo.

1. El marco de la realidad. Se aprovechan de nuestras vidas, nuestra rabia y nuestra impotencia.

El discurso de Podemos y la actual coyuntura política, económica y social es lo que ha permitido que un partido político con menos de un año de existencia tenga un tercio de intención de voto del conjunto del electorado a fechas de noviembre de 2014. Si se observan las series del CIS descubrimos como la «corrupción política» es uno de los principales problemas del país según la ciudadanía; tenemos al menos un 23% de parados en el conjunto de España, siendo mayor entre los jóvenes; un encarecimiento de los productos básicos y del acceso a la vivienda y un grave problema económico que afecta también a las administraciones y que les impiden mantener cosas como el sistema sanitario, los servicios públicos y otras actuaciones básicas de los ciudadanos. A partir de esta realidad, se crean tres ejes fundamentales de Podemos: la casta, la atribucion de la primera persona y la promesa.

La «casta» es un concepto ambiguo que incluye al conjunto de élites políticas y económicas que a veces es difícil deslindar. Por ejemplo, ¿un trabajador autónomo que tenga una red de comercios en su pueblo o comarca es casta? ¿ser casta es una cuestión de cantidad o de forma? ¿un partido como IU es casta? ¿o son sólo casta alguno de ellos? ¿Ser de la casta es una decisión personal como quien elige marca de coche o marca de detergente? Lo cierto es que no vivimos en una sociedad de castas donde nuestra clase social y derechos vienen determinados por nuestro nacimiento como sucedía en el Antiguo Régimen, vivimos en una sociedad de clases donde la herencia, la formación, el trabajo y la propiedad determinan nuestra clase social.

La atribución de la primera persona del plural, cuando en realidad el militante de Podemos lo único que hace es dar su apoyo junto al resto del colectivo al líder y su cúpula. No obstante, el uso de la primera persona del plural favorece que psicológicamente el seguidor de Podemos pueda sentirse parte de algo de lo que sólo es parte a efectos de militancia y nada más, al igual que otro militante de base de IU, PSOE, PP, UPyD y el partido que usted quiera incluir. Esto se produce y se ha producido así en cualquier partido político, organización humana o colectivo de sujetos. La jerarquía siempre existe y unos, pueden más que otros.

Como todos pueden (o podemos), es posible construir una sociedad mejor. No obstante, el problema es que hasta día de hoy, Pablo Iglesias, ha dado distintas hipótesis y explicaciones ambiguas sobre cuál es su promesa electoral: transparencia, democracia directa, salir de la crisis, etc. La transparencia se puede mostrar a través de facturas, pero nunca nadie nadie (ni siquiera yo, seamos sinceros) muestra todo lo que realmente es o quiere mostrar. La democracia directa nunca existirá ni dentro ni fuera de un partido e Iglesias y cualquier politólogo que haya leído a Robert Michels y conozca la «ley de la oligarquía de hierro» sabe de lo que hablo. En cualquier grupo, existe una minoría que monopoliza el poder y los recursos para sí misma, y todas las luchas políticas son luchas de unas minorías frente a otras. Eso a lo que a veces Iglesias se refiere como «casta».

Con estos ingredientes, Podemos crea una estampa o imagen de la realidad (como PP, PSOE o CiU) que le favorece aprovechando nuestra rabia, nuestra impotencia, nuestro deseo de castigo a PP y PSOE y nuestra miseria. Crea un marco de la realidad. El marco es una herramienta usada por politólogos y sociólogos para describir como cada persona o grupo de personas construyen un relato o una forma de ver la realidad, conceptualizado por Erving Goffman y popularizado por George Lakoff en su clásico No pienses en un elefante. Este instrumento para construir discursos que lleguen a la sensibilidad de las personas no es algo nuevo en España. De hecho, fue muy popular entre algunos dirigentes del Gobierno de Zapatero y esta obra se convirtió en un libro de cabecera. Como ideólogo y académico brillante (es algo que no pondré en cuestión), Pablo Iglesias, ha sabido construir un discurso adecuado que le permite acceder a la arena política.

2. Podemos, Somos, todo lo hacemos juntos… ¿usted se cree eso realmente? Lo hace para unos pocos, no para usted como cualquier partido.

Vivimos en una sociedad cada vez más individualista como fruto del desarrollo científico, tecnológico, los avances democráticos y el deseo de tener una vida más plena y el deseo psicológico de desarrollar nuestra identidad. A la vez, vivimos en una sociedad mediterránea como la italiana, portuguesa o griega donde la familia realiza un papel importante e introduce un elemento colectivo. La familia cuida de los hijos que no encuentran empleo, ayuda económicamente, ofrece refugio, asistencia a los mayores y discapacitados, etc.Tenemos un componente individualista por ser una sociedad moderna y colectivista por la institución de la familia.

Probablemente, un psicólogo pueda explicar de mejor forma que un politólogo como yo a lo que me refiero, pero voy a hacer el esfuerzo intelectual. El partido de Pablo Iglesias bien podría llamarse «unidos contra el sistema», «adiós a la globalización» o «comunismo para el siglo XXI». Ahora bien, el uso de la primera persona del plural permite que todos y cada uno de los sujetos puedan identificarse con un colectivo, ser una célula en un cuerpo más grande. Simplemente, la cúpula es la que dirige la voluntad del cuerpo y yo, lo siento, no puedo creer que en un partido como Podemos, de donde espero una mayor pluralidad y diversidad de ideas, el Secretario General sea votado con más del 80% de los votos a través de Internet, y todos sabemos que las herramientas informáticas pueden ser manipuladas por ser una herramienta en manos del ser humano.

Todo lo vamos a hacer juntos… ¿y qué pasa con los que nos negamos? ¿con los que no pensamos igual? Quizá el rechazo de Pablo Iglesias junto a los movimientos anti-globalización y anti-sistemas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM a una conferencia de Rosa Díez, pueda darles una idea (o igual han suavizado sus posturas). También recuerdo que están dispuestos a pactar con el PSOE si renuncia a la socialdemocracia, es decir; no aceptan que existan grupos políticos con otras ideologías, pero… después la izquierda y la derecha no es lo importante, son los de arriba y los de abajo. Esto es incoherente: que Iglesias le pida a un partido renunciar a una ideología de centro-izquierda y después la política no sea algo de izquierda o derecha. ¿Les suena esto de algo?

3. Un arribista (oportunista) y el fanático de Monedero. Biografía de Pablo Iglesias.

Un clásico politólogo italiano, Angello Panebianco, (en esto destacan en el país de los spaghettis: Maquiavelo, Sartori, Bobbio, Negrí, etc.) diferencia a los políticos entre arribistas y creyentes. Un arribista es un oportunista que quiere algo para él (fama, dinero, cargos, etc.) y un creyente es alguien que se preocupa por mantener vivos los ideales y los principios del partido. Y aquí sostendré la hipótesis de que Pablo Iglesias es un oportunista más que un creyente, pero no un oportunista cualquier, sino uno que está dispuesto a todo por maximizar su felicidad y beneficio.

A Pablo Iglesias se le llena la boca al hablar de «casta». Este joven politólogo proviene de una familia de clase media: una madre abogada de Comisiones Obreras y un padre antiguo inspector de trabajo y profesor de Historia. El señor Iglesias es miembro de la «casta» de la que él habla desde que nació, lo que algunos marxistas llamaron la élite o «aristocracia obrera«. Si miran la biografía de insignes personajes como Felipe González encontrarán recorridos biográficos similares y ellos son los únicos entre los obreros que acceden a la política porque un pobre cabrero seguirá siendo un cabrero. También en algunas ocasiones, Iglesias se ha referido a los principales sindicatos (UGT y CC.OO.) como casta. Recuerdo que parte del escándalo de Bankia era posible gracias a la intervención de miembros de Comisiones. Y esta actitud, que yo sepa es de casta. Sería más honrado usar «casta» si fuera hijo de trabajadores manuales o campesinos. Miren ustedes: mi madre fue limpiadora y mi padre es aún jardinero, no sé si soy casta o no, para mayor tranquilidad moral me quedo en la duda.

4. Pablo Iglesias procede de la clase media, como la mayoría de los políticos de los demás partidos. No es coherente hablar de casta.

En la clase media se encuentra el origen biográfico de la mayoría de nuestra clase política. Son escasos los políticos procedentes de las clases bajas y de las clases altas en la sociedad española. Y digo esto después de haber entrevistado a decenas de alcaldes, concejales y otros miembros de nuestra élite, sé muy bien de lo que hablo. Pueden mirar aquí. Si no les convenzo, pueden leer a Jeréz Mir, Edurne Uriarte, Robles Egea, Lourdes López Nieto y Miguel Beltrán que son los grandes politólogos españoles que han tratado élites. Ellos lo han hecho mejor que yo (un joven FPU).

5. Un arribista antisistema que encuentra su lugar en la academia: producción dogmática y creación de ideología extremista y excluyente.

En el caso de Iglesias, encontramos a un joven de ideología comunista y arribista de clase media deseoso sobre todo de fama, poder y ambición que llega a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Complutense, el conocido como «búnker» por la preeminencia de colectivos y asociaciones anti-sistema. Es aquí donde Pablo Iglesias encuentra su oportunidad y Juan Carlos Monedero encuentra a su discípulo. Amor a primera vista. El ideólogo, Juan Carlos Monedero, una persona que no cree (y hablo de creencia en el más estricto sentido de la palabra) en la Transición Española; y el discípulo o mano derecha, Pablo Iglesias.

Esta relación es fundamental para entender a Podemos, sin esta pareja de maestro y alumno esto no existiría. Desde finales de los noventa y la década posterior, Iglesias y Monedero han realizado una labor técnica y a la vez ideológica. Se ha trabajado en algo (esto es innegable, no seré yo quien diga que no han trabajado o son unos charlatanes).

Han trabajado técnicamente asesorando a los gobiernos venezolano y boliviano, entre otros, (lo que se llama la nueva izquierda o tercera vía del comunismo en América Latina) a través de un instituto llamado el CEPS, han asesorado a distintos partidos de izquierdas (IU, BNG, etc.) e incluso han apoyado el Gobierno de Zapatero como reza en la página 506 de la tesis doctoral de Iglesias (verán que las fuentes que uso no son de Intereconomía o La Cope, por si tienen alguna duda o creen que alguien me paga). No voy a entrar a valorar políticamente el chavismo ni el bolivarianismo.

Y han trabajado ideológicamente, creando teorías y nuevos posicionamientos en el ámbito de la izquierda. De hecho, es meritorio observar como parte del currículum académico incluye estancias con Negri y Hardt (dos teóricos excepcionales y fundamentales del nuevo comunismo y los movimientos anti-sistema). A la par, hay una amplia producción ideológica (y académica) por parte de Monedero, Errejón e Iglesias sobre el 15-M y sus posibilidades políticas. Por lo que, Iglesias, Errejón y Monedero disponen de una ideología clara y definida como fruto de este trabajo intelectual.

6. Pablo Iglesias quiere ir en las listas de IU a las elecciones europeas, Cayo Lara no le deja e Iglesias crea Podemos.

Mientras el Gobierno de Zapatero caía en el año 2008, se precipitaba en 2011 y el 15-M surgía de la misma sociedad civil para criticar la crisis económica y política, se desarrollaba este trabajo dogmático y técnico por parte de Monedero, Iglesias y compañía. Y llegaron los meses previos a las elecciones europeas de 2014, cuando Pablo Iglesias (que ya había militado antes en el PCE) quería ir en la lista por IU en un pequeño grupúsculo apoyado por Izquierda Anticapitalista y antiguos miembros de IU. A lo que la formación de Cayo Lara se negó, y posteriormente se acusó de no celebrar primarias. Lo que ocurrió aproximadamente para finales de febrero de este año y la rabieta de Iglesias y Monedero se transformó en la creación de un partido político de extrema izquierda con el apoyo de movimientos como Izquierda Anticapitalista. Un partido que en su origen no tenía aspiraciones de gobierno, sino más bien de ocupar un espacio o al menos entrar en el Parlamento Europeo.

7. ¿Por que funcionó Podemos en las europeas? Porque Iglesias y Monedero traicionaron a Izquierda Unida.

Podemos ha funcionado porque a sus espaldas existe un equipo de politólogos competentes, como Bescansa, que fue discípula de Julián Santamaría (reputado experto en análisis electoral y ex Presidente del CIS), Errejón, Iglesias y Monedero;  que han hecho dos cosas que no ha hecho nadie: tantear electoralmente a través de encuestas el descontento político de la gente y politizar las antiguas redes del 15M que no han cuajado con ningún partido hasta la llegada de Podemos.

En primer lugar, Bescansa usó una consultora que dispone en la zona de Galapagar en Madrid para realizar las encuestas que descubrieron un dato objetivo: existía un votante de izquierda no dogmática descontento con los partidos del establishmente y en una cuota considerable. Un buen río donde pescar votos. En segundo lugar, Iglesias escenificó junto a Alberto Garzón (de IU) una llamada de distintos movimientos vinculados al 15-M que eran fundamentales para legitimarse como líder en la Sala Mirador. Allí fue donde Iglesias realizó su llamada a la creación de un partido liderado por su persona. Esto es lo que yo llamo la «conquista de Lavapiés», un barrio fundamental para la izquierda antisistema en la capital madrileña.

En un mes y medio, Podemos se estructura como un partido bastante centralizado (lo cual es normal, teniendo en cuenta que su origen geográfico está en Madrid) y crea círculos a partir de las viejas redes del 15M en las principales ciudades, a través de un gran esfuerzo humano de las personas que creen en el proyecto, bajo la atenta mirada de Iglesias y sus secuaces.

Y la sorpresa llegó tan lejos que ni el CIS, ni Bescansa ni nadie se lo creyó cuando Podemos consiguió colocar cinco eurodiputados en la cámara europea en la noche de las elecciones. He ahí una volatilidad de votos obtenidos de partidos como PSOE, UPyD e IU. Aquí es donde cambia radicalmente el planteamiento de Podemos e Iglesias toma nota de las recetas para maximizar su éxito.

Izquierda Unida queda estupefacta y aparecen los miedos a ser absorbidos por la reciente formación de los politólogos de la Complutense. Iglesias pasa del anonimato del gremio (para quienes lo conocíamos) y se convierte en una joven promesa política. Lo cual lo convierte en una figura mediática atrayente. Alberto Garzón queda en una posición incómoda y tiene que hacer malabares entre la ideología que defiende y una posible confluencia o absorción por parte de Podemos.

8. Podemos deja de ser un partido minoritario para convertirse en un partido de gobierno (catch-all-party). Podemos imita la dinámica de PP y PSOE. Ya son casta.

Iglesias es consciente de que son momentos muy propicios (quizá los más propicios de nuestra democracia) para pescar en caladeros de votos de todos los partidos. Para eso, abandona la ideología de extrema izquierda de cara a la galería, apartándose de sus antiguos socios de Izquierda Anticapitalista y presenta una ideología más ambigua. Ya no es una cuestión de izquierdas o derechas, es una cuestión de los de arriba contra los de abajo y va creando una ideología líquida como la del PSOE (¿son socialdemócratas?) o el PP (¿liberales, católicos, conservadores?) para atraer votantes desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha.

Se convierte en un partido atrápalo-todo como aquellos a los que llama «casta».

9. Podemos es un proyecto personalista de Pablo Iglesias y Monedero. No es un proyecto colectivo ni de democracia directa.

En otoño, Iglesias deja claro que Podemos es su proyecto político. Es su partido. Es su cortijo. Es suyo y a través de eso pretende alcanzar el poder, aprovechando el esfuerzo de muchas buenas personas que de forma inocente e ignorante creen en su proyecto.

A su vez, Podemos va tejiendo una estructura territorial a través de los círculos y cierra filas para evitar la llegada de otros arribistas procedentes de otros partidos. Se va creando ese control del partido por parte una minoría frente a otras minorías que puedan surgir para mantener el liderazgo y el control de su actual cúpula. Algo que toda minoría política ha hecho de una forma u otra. Así, Iglesias es nombrado Secretario General, eliminando de sus filas incluso a los críticos como Echenique.

10. Pablo Iglesias propone una ruptura con la Transición y con la Constitución de 1978. Ofrecen un nuevo orden.

La Transición es un claro ejemplo del compromiso político y la capacidad de consenso de la sociedad española, cuando no está dispuesta a enfrentarse entre sí misma.Nuestra transición permitió que pasaramos de una dictadura a una democracia. Iglesias propone una

Podemos, especialmente Iglesias y Monedero, ponen en duda nuestra Constitución y no plantean una reforma. Al contrario, proponen una ruptura con lo que partidos como UCD, PSOE, PCE y otros (a excepción de AP y PNV) firmaron que sería nuestra actual democracia. Nuestra democracia como cualquier otra tiene fallos y eso puede exigir una reforma, pero no necesariamente una ruptura. Romper la constitución implica hacer borrón y cuenta nueva para crear algo «ex novo» que no tiene porque ser necesariamente democrático y puede suponer una limitación de otros derechos que aún tenemos como la libertad de expresión: Rosa Díez, Echenique y aquellos que han sido acosados por ser de otra ideología en el búnker de la Complutense pueden dar fe de ello.

11. Se dice que nuestra democracia es una dictadura o «régimen». Porque eso contextualiza el liderazgo mesiánico de Iglesias.

Una revolución y un líder revolucionario necesitan una institución autoritaria que derrocar. Para eso, se dice que nuestra democracia nacida del consenso de los partidos que se oponían a la dictadura, son «un régimen». Un régimen que debe ser derrotado por un elegido. Y ahí entra Podemos a la espera de poder crear un nuevo Estado a través de un proceso constituyente.

12. Iglesias como otros tantos partidos ponen el énfasis en que la institución es el problema, cuando el problema es el comportamiento político de los españoles. Iglesias no es muy diferente a lo que ya conocemos.

Hace un año, asistí a una clase de «La Universidad en la Calle» promovida por Bescansa y en la que se anunciaba la dictadura venezolana como un ejemplo de democracia. En aquella clase asamblearía recordé a Bescansa que el problema no es la institución, que nuestras instituciones son sanas y democráticas y que lo que no es ni sano ni democrático es el comportamiento y la voluntad humana que las acciona. A lo cual, Bescansa asintió a mi opinión para quedar bien y volvió a reincidir en la transformación institucional.

13. Podemos maniobra para absorber a grupos como Equo y Ganemos en las locales. No les importan las ideas, sino su ambición política.

Ha existido una posición ambigua por parte de Podemos por si se presentan o no a las locales. En primer lugar, dijeron que apoyarían a Ganemos. Luego dijeron que presentarían sus propias listas. Y luego, volvieron a decir que no se presentarán. Maniobran para absorber o cooptar otros grupos con posturas similares como Ganemos con la intención de traicionarlos.

Por tanto, y dejando a un lado las alusiones de líderes de Podemos a Venezuela (algo que se puede discutir en otro momento)…

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Me opongo a Pablo Iglesias porque simplemente, me opongo a perder la democracia a manos de un tirano:

1. Pablo Iglesias juega con nuestras emociones y nuestra impotencia.

2. Iglesias actúa en beneficio de unos pocos.

3. Podemos es un producto de un arribista como Iglesias y un fanático como Monedero que se aprovechan de la buena voluntad de las personas.

4. Iglesias pertenece a la clase media como la mayoría de los políticos. Es casta.

5. La cúpula de Podemos no respeta la pluralidad política.

6. Iglesias se enfadó porque no pudo ir en las listas de IU y creó su propia marca política.

7. Podemos se aprovechó de un momento de éxito de IU.

8. Podemos oculta su ideología para atraer más votos de forma similar a PP y PSOE.

9. Iglesias es un ególatra y no permite la crítica a su proyecto personalista.

10. Iglesias propone un nuevo orden político, en lugar de una reforma constitucional.

11.  Pablo Iglesias no cree en el consenso de la Transición.

12. El problema de nuestro país no es la democracia ni las instituciones, sino la actitud de los políticos. Iglesias no es mucho mejor que lo que hemos tenido hasta ahora.

13. Iglesias es capaz de traicionar a posibles aliados como Ganemos o Equo.

¿Esta es la democracia alternativa de Podemos? Cuando alguien le hable de Podemos, respóndale con alguna de estas ideas y desmonten su manipulación y sus falacias.

El éxito de Podemos

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La reciente encuesta de SIGMA 2 sitúa a Podemos entre los tres partidos con más intención de votos junto a la gran caída de PSOE y PP. Ante todo esto, cabe preguntarse cuál ha sido la fórmula del éxito de esta formación que nació en primavera del presente año, apenas a tres meses de las elecciones europeas y que consiguió cinco eurodiputados. Para ello, es necesario definir tres elementos fundamentales que les han separado de los tradicionales partido: el liderazgo de su creador, la estructura novedosa y su gestión de la comunicación política. Una tríada que debe ser analizada en el actual panorama de crisis política y económica que experimenta el país.

En primer lugar, Pablo Iglesias no es un sujeto que ha aparecido de la nada, sino que hablamos de un líder que ha acumulado capital simbólico a lo largo de los últimos años. Aunque para muchos españoles la figura de este profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid fuera la de un ciudadano cualquiera, no representa al ciudadano corriente de a pie. Al contrario, Iglesias es un politólogo académico y un miembro importante de los movimientos sociales de Lavapiés en los últimos cinco años. Asimismo, tiene una dilatada experiencia en análisis político a través de distintas consultoras y formaciones vinculadas a Monedero y Bescansa que realizan labores para gobiernos e instituciones de América Latina. A la par, para muchos politólogos es conocida la labor propagandística y nada objetiva de Iglesias a través del programa La Tuerka, usando las instalaciones de televisión y grabación del campus complutense. Por tanto, se trata de un capital simbólico acumulado a través de formación, conocimiento técnico e instrumentalización de medios públicos. Así, su liderazgo es directo, no consensuador y basado en un realismo político extremo.

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En segundo lugar, la estructura del partido mantiene las formas de un movimiento social. Imitando al conocido 15-M y capitalizando algunos de los recursos organizativos y humanos de dicho movimiento, como sus antiguos miembros y redes; Podemos se ha retroalimentado con ellos. De hecho, parte de la literatura incendiaria del 15M contiene entre sus ideólogos a Monedero que actúa como auténtica “alma mater” del partido, siendo Iglesias la cara visible y el discípulo. Por lo que, el pretendido movimiento ciudadano que irrumpió en la política española en 2011 y 2012 ha quedado convertido en un medio a manos de Podemos. Lo que originariamente era un movimiento ciudadano ha pasado a convertirse en un partido político que no termina de adoptar las estructuras habituales. Al contrario, se mantiene en una posición híbrida entre un colectivo cívico y un partido atrápalo-todo (“catch-all-party”), haciendo difícil esa separación entre sociedad civil y política propugnada por Bergson y Popper y garantizando la afluencia de los votos en uno de los mayores momentos de volatilidad electoral en la España democrática.

En tercer lugar, la labor de comunicación política se apoya en las apariciones mediáticas de Iglesias como auténtico líder mediático y showman, aprovechando su gran peso e influencia. La cuestión no es simplemente que Pablo Iglesias sepa cómo tiene qué hablar delante de los medios para transmitir su mensaje. La cuestión es que tiene una sólida experiencia gracias a su participación en movimientos de izquierdas, la vida académica y como presentador del programa de La Tuerka. Esto le hace reunir en su habitus las actitudes y el control de distintos campos (político, mediático, universitario, etc.). De esta forma, el lider de Podemos reúne las características necesarias para capitalizar esta coyuntura política y aprovecharlas en una mejora del redito electoral de su formación.