Mes: agosto 2011
Sobre la reforma constitucional, que no democrática
Los españoles sufrimos una vez más, como si de un bucle melancólico se tratase, las consecuencias de la chapuza política. Lo que bien pudiera haberse evitado con un pacto entre las fuerzas políticas, y que no fue posible debido a la ocultación que Zapatero hizo de la crisis a principios de 2008, revienta en la cara de cabreados e indignados. Mientras uno engañaba, y el otro esperaba frotándose las manos a la futurible victoria; los dos grandes han llegado a la conclusión de reescribir la Constitución para insertar el déficit cero.
El déficit cero está fuera de lo que jurídicamente se llama la parte dogmática de la carta constitucional, de lo que son los derechos fundamentales. Aunque eso no quita, que el gasto público no mantenga una estrecha relación con los derechos sociales. Por lo que, a la forma del cacique, los políticos han firmado la defunción del Estado del Bienestar español y se han bajado los pantalones ante la Unión Europea y los mercados financieros. Sin mediar por un referéndum, ni ninguna consulta al pueblo que será el auténtico afectado de esta decisión que elimina la política fiscal.
No fue suficiente con la mentira de unos, con la apatía de otros. Y es que, como ya no les queda nada, sólo pueden esperar a desnudar sus adentros y enseñar lo que tienen a los especuladores. Lo que no evitará que no sus eminencias, sino el Estado sea penetrado por un fálico rescate a la europea. Y como dicen, estas acciones se hacen con espíritu francés y carácter alemán. Por lo que, los españoles andaremos unos años más escocidos y jodidos.
Pero no llore, esta historia tiene un final feliz. Porque los imbéciles que degeneran en malvados, como dice Reverte, se irán contentos a sus casas. Zapatero regresará a su taifa leonesa, donde beberá su coñac satisfecho de haber realizado la segunda reforma constitucional y brindará con sus amiguetes. Una gran reforma dirán sus compañeros juristas de la Universidad con los que alguna vez trabajó. A la par que, el Partido Popular no tendrá necesidad de hacer grandes recortes cuando un pacto de Estado le da carta blanca para minimizar gastos. El arribafirmante se equivocó, en España siguen habiendo grandes pactos, sobre todo cuando el perjudicado es la ciudadanía.
La defensa del bastión andaluz
El socialismo andaluz prepara su contribución al programa político de Rubalcaba. Desde Andalucía y Cataluña, emanan las fuentes de las que beberá la conferencia federal del PSOE para el mes de septiembre. Por un lado, se baraja el replanteamiento de las relaciones entre el partido federal y el PSC en la próxima legislatura. Por otro lado, Griñán espera aportar los grandes debates de la agenda política del PSOE en la arena nacional.
El juego en la arena andaluza descansa sobre la mayoría absoluta del PSOE. Los debates sobre el liderazgo y las disputas en el seno de los socialistas andaluces pasan a un segundo plano. Las cuestiones en juego pasan por mantener la mayoría en la cámara autonómica, siquiera una gran parte ante un posible traslado a la oposición, y la preponderancia del PSOE-A en el seno de la estructura federal.
El liderazgo de Griñán aparece erosionado. Ahora surgen otros interrogantes como los nuevos sucesores de su figura. Las preguntas sobre el futuro de Manuel Chaves y la continuidad de su vida política. Todo ello, unos interrogantes a los que ahora mismo es difícil preveer una respuesta.
La Europa de los usureros
Para la década de los treinta del siglo pasado, alemanes y después seguidores del Régimen de Vichy culparon a los judíos de ser el mal que azotaba Europa. La usura y el egoísmo de los grandes poderes financieros controlados por las élites judeo-burguesas habían provocado el colapso de los mercados, según el nazismo. Y a tanto llegó el error sobre el culpable, que se acometieron las atrocidades de las purgas y el genocidio.
Pero algo de mérito tenían tanto nazis como comunistas del régimen soviético. Y es que, la avaricia humana por acrecentar sus posibilidades de crecimiento económico llevó a la pobreza más profunda que se hubiese imaginado. Los gobiernos de Estados Unidos tuvieron que implementar políticas de cooperación transfonteriza como el Plan Marshall.
Para principios del siglo XXI, la avaricia del eje franco-alemán ha llevado a hacerle más barato el costo que el gran beneficio que obtienen de un mercado común sin aranceles. No obstante, cuando Grecia y los países del arco mediterráneo como España e Italia amenazan con caer sus primas y derrumbarse vuelven a cerrar las puertas a un rescate financiero. No se equivocaban los nazis, que la avaricia es el gran mal que azota el mundo occidental, la misma usura que practican las generaciones de alemanes y franceses venideras.
Sobre el adelanto electoral
La propuesta de un anticipo de los comicios por parte de la oposición representa un indicio del panorama de la competencia electoral. Los populares han descubierto los posibles efectos que puede plantear el recorte de puntos en la valoración de líderes y la intención de voto que ha mostrado el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas. Y es que, difícil lo puede tener Rajoy, aunque siga apareciendo como el futurible vencedor.
Para ello, los socialistas han encomendado una parte de su campaña a humanizar la figura de Rubalcaba. Todo ello, mientras éste y el pre-jubilado Zapatero se ensarzan por el control de la agenda política. Poner las fechas y marcar los ritmos es uno de los grandes poderes de cualquier político y aquí es donde se juegan un recorte de puntos. Entre que uno garantiza la dignidad de su salida y el otro se prepara para unas elecciones otoñales.
El aspecto decisivo que si marcará la campaña es el reducido espacio de maniobras para el mensaje político. Pues, los ciudadanos una vez reincorporados a la vida corriente, a partir de mediados de septiembre, tendrán algo menos de un mes para recuperarse del síndrome postvacacional y elegir la dirección de su voto. Obviamente, los socialistas han aprovechado más que la niebla, la bruma marina de unas vacaciones donde sigue la borrachera de los mercados del arco mediterráneo. Algo que finalmente, ha roto con todos sus pronósticos.
La utopía platónica
La literatura de impronta liberal y democrática ha considerado a Platón como el primer autor legitimador de las tiranías, mientras que los filósofos políticos de izquierda lo clasifican como un defensor del comunismo primigenio. Por lo que, ambas corrientes coinciden, independientemente de críticas positivas y negativas, en resaltar el valor que Platón concede a la organización de la ciudad por encima de la individualidad de sus integrante.
Este proyecto es posible porque Platón entendía la consecución de la justicia como el fin último de los hombres y del proyecto político en el que se integran. Así, el Estado se convierte en una fuente de producción de lo justo y lo bueno, no para el sujeto, sino para la colectividad. De lo que se desprende, que la visión historicista de Platón tiene como consecuencia directa una visión holística de la “politeia”.
La justicia en Platón tiene un comportamiento autónomo. En otras palabras, un ser o elemento son justos porque cumplen unos cánones, pero no se establece un punto de referencia para esa justicia. En comparación con el liberalismo democrático, Platón no concibe la justicia como la igualdad de los ciudadanos ante la norma, la defensa del individualismo y de la vida.
No obstante, la respuesta que se ha dado es que los proyectos ideales y basados en el racionalismo extremo no conciben determinados casos como hipotéticos o posibles en el seno de su organización. Por ello, la utopía tiene el riesgo de convertirse en el largo plazo en un régimen opresor, que independientemente del ideal de justicia, no produce una auténtica optimización de las capacidades de desarrollo de los seres humanos.