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Sin Errejón al Decathlon

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vistalegreHago mías las palabras de un buen colega y gran politólogo teórico, Javier Taillefer, quien ya advirtió que las aspiraciones de horizontalidad del 15M difícilmente serían traducibles al interior de un partido. Todos los que expresamos nuestras objeciones sobre Podemos fuimos vilipendiados o bien se nos respondió con una sonrisa propia de una secta distópica. El buenintecionamiento del fundador de un partido difícilmente podrá evitar convertir a dicho grupo en una oligarquía micheliana. Y siguiendo a Bourdieu, el pensamiento y la acción del hombre político tienen la capacidad de agencia suficiente para configurar una institución a su imagen y semejanza. Más de una década costó purgar el fraguismo en Alianza Popular y todavía el felipismo mueve los hilos del socialismo español.

Iglesias y su agenda se imponen, seguidos de una minoría de Izquierda Anticapitalista. Si bien con la excepción siguiente. No han sido los compromisarios del Partido Popular o de las formaciones tradicionales quienes lo han decidido, ha sido la militancia la que ha entendido que el camino no es dialogar con otras formaciones, ni siquiera con los que discrepan con ellos dentro del partido. La alternativa que el afiliado de los Círculos Artúricos ha elegido es volver al intrapartidismo neoestalinista. Al menos, se puede eximir al líder de ser el culpable de todos sus errores.

Ya admitió Iglesias que había sido un error crear tres secretarías superpoderosas. El poder no debe dividirse. Debe unificarse. Porque el poder llama al poder. Y el poder consume a quién lo ejerce, pero más consume a quién no lo detenta. Con esas premisas, el todopoderoso nuevo secretario se convierte en una fuerza antagónica para el Partido Popular. Desde la nueva óptica de Podemos, no hay transversalidad, sólo ellos conceden distinción de oficialidad entre los opositores a Rajoy, porque a fin de cuentas, los demás -PSOE, C’s e IU- también son parte del establishment. Y así, sin Errejón de por medio, Iglesias y Monedero compran su equipamiento de montanismo en Decathlon.

Cambio ideológico por mutación partidista

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2016-ferranEl cierre de la fallida investidura de Pedro Sánchez y su heraldo naranja ha dejado una clara conclusión. Los partidos se han desplazado en la arena ideológica durante esta coyuntura de cambio político que algunos han venido en denominar la “Segunda Transición”. Aunque es cierto, que si es una transición sabemos desde donde, el bipartidismo, pero no terminamos de avistar donde acaba en un horizonte marcado por la división de los grupos políticos entre la izquierda y la derecha. Siguiendo esta lógica, los distintos partidos políticos se han asentado en determinadas arenas electorales de las cuales consiguen sus apoyos, no siendo las mismas que hace unos años.

A grandes rasgos, nuestro panorama político quedaría dividido de la siguiente forma. Un Partido Popular que se convierte en el gran partido a la derecha acogiendo tanto a conservadores como a elementos extremistas y que aún intenta, aunque de forma fallida pescar en el centro-derecha. Un centro político marcado por PSOE y Ciudadanos que de forma acertada captan el voto tanto del centro-izquierda como del centro-derecha, especialmente ese centro-derecha hastiado del liderazgo de Rajoy acosado por los escándalos de corrupción y el desgaste. A la izquierda de los socialistas, queda un amplio espacio ganado por Podemos y en el que coexisten pequeñas fuerzas como Izquierda Unida, Compromís, En Marea y En Comú-Podem. Finalmente, quedarían los partidos nacionalistas tradicionales que han visto disminuir su cuota, a excepción de PNV y ERC.

Este trance político continúa a fechas de hoy, tras que el monarca haya instado a los candidatos a abrir nuevas negociaciones. Sin embargo, esta italianización de la política que deja espacios estancos claramente definidos viene acompañado de la incapacidad de los partidos para llegar a un acuerdo. Si bien, ya ha empezado una guerra fría entre Podemos y PSOE para tender lazos a través de la mediación de las fuerzas de Compromís e Izquierda Unida. Ahora cabe esperar si el programa de centro propuesto por Sánchez y Rivera es capaz de incorporar demandas desde la izquierda y contar el apoyo de estos partidos. Lo que no cabe lugar a dudas es que Rajoy es innegociable, pero que el tampoco está dispuesto a negociar su salida de la arena política.

Gran coalición

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Las negociaciones de Pedro Sánchez han quedado anuladas tras la pinza de Ciudadanos y de Podemos. O con uno o sin ninguno, según arguyen Rivera e Iglesias. Lo que ha seguido después es los gustos por las coaliciones, siendo mayoritaria la coalición Ciudadanos y socialistas para los votantes de ambos partidos y de socialistas y podemitas para estos últimos. Ni la clase política es capaz de ponerse de acuerdo, ni tampoco la sociedad civil tiene muy claro con qué amigos quieren que sus representantes vayan a formar gobierno. Hasta hace uno meses, nuestro electorado rezaba un mantra sobre el milagro, la proporcionalidad política y el fin de la crisis y llegados a la hora de la verdad, todo vuelve a la dinámica cainita y crispante del español medio.

Santa Cruz de Mudela

Aunque, ya se ha dicho. Nuestra nueva clase política tiene menos capacidad de diálogo que la que estuvo al frente durante la Transición. Ahora que se habla de una “segunda transición” y de la necesidad de un gobierno de concentración entre las distintas fuerzas parlamentarias. Sea como fuere, este fin de semana ha salido a la luz un pueblo castellano, Santa Cruz de Mudela, donde populares y socialistas se han alternado en el gobierno municipal durante un mandato. Y cuidado, porque el argumento de “PPSOE” no sirve para este caso, en el que los alcaldes de ambas fuerzas se han visto acosados continuamente por sus respectivas ejecutivas.

La cuestión es que necesitamos una gran coalición. Un gran pacto. Quizás surge la pregunta de si cambiando algunas cabezas, se podría hacer más factible el acuerdo. A fin de cuentas, las negociaciones entre grandes partidos políticos no dejan de ser en gran medida, el resultado del trabajo de personas individuales que son los líderes políticos y que a través de sus compromisos interpersonales consiguen compromisos nacionales. Sin lugar a dudas, Podemos y PP representan dos partidos necesitados de una rápida renovación de sus líderes.

Interludio de incertidumbre

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incertidumbre

“Certidumbre” ha sido una palabra presente en el discurso de valoración de los resultados de Rajoy en la sede de Génova. El canto de sirena que auspiciaba (y suplicaba) por un gobierno fuerte y estable que en todo caso será parte de una novela de ciencia ficción. Y es que pese a la distorsión del sistema D’Hondt, Podemos y Ciudadanos en menor grado han irrumpido con una fuerza inesperada en el Congreso de los Diputados. Mientras la mayoría no ha reparado que la cámara alta, el Senado, goza de una amplia mayoría de los populares. Por lo que, la decrépita derecha se guarda la capacidad de revisión normativa ante el legislativo y cualquier ejecutivo que se formase. Lo que plantea un horizonte totalmente nuevo en nuestra historia democrática.

Las promesas de Ciudadanos y Podemos en el ámbito de distribución territorial del poder han cobrado su peso en oro. La diatriba entre la recuperación de unidad territorial y una entrega absoluta a las demandas de fractura de España, es lo que Pablo Iglesias ofrece a sus secuaces nacionalistas para conformar un gobierno pentapartito, en el que el PSOE ya ha respondido claramente que no participará. A la par que Rivera traiciona su voto de castigo a los populares, facilitando una posible investidura del zombie político de Rajoy. ¿Es ésta la España que nos ofrecían las nuevas formaciones? Una cámara fracturada “a la italiana” con una enorme incapacidad de pactar para formar un ejecutivo que responda a los problemas de las personas. Y es que acaso, ¿los problemas de España se solucionan procediendo a una reforma constitucional y la celebración de consultas nacionalistas? Desgraciadamente, una cuota del poder político de Iglesias se ha pagado con su entrega a los separatistas como ya hizo en su día el PSOE de Zapatero que abrió la puerta a llamar churras a lo que son merinas, o “nación” a lo que quisiera ser un Estado.

Ya he advertido en numerosas ocasiones la sobrevaloración de las promesas políticas y los posteriores perjuiciosos efectos de la disonancia cuando el resultado no responde a esas expectativas. Si bien, una expectativa sí ha quedado satisfecha como es un poder político más proporcional, más equilibrado y más fragmentado. Pero veamos ahora si este tipo de configuración institucional puede llegar a algún lado con la capacidad de pacto que tiene nuestra cultura política. Lo repetiré una y otra vez, como se lo dije a Cristina Bescansa, no es la institución, es la actitud política la que nos lleva por unos derroteros y por otros. Pero estas izquierdas y estas derechas hacen oídos sordos creyendo que la máquina -la institución- es el alma, y que el alma no existe. El alma cainita que una vez más se apodera de nuestra élite política para quizás volver a hacernos votar dentro de unos meses.

Elecciones históricas

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elecciones 20DEsta semana representa la última etapa de la carrera de fondo de la campaña electoral. La misma comenzó con el PP como partido aventajado, pero que ha ido perdiendo distancia con aquellos que competían por el segundo puesto, principalmente PSOE y Ciudadanos. Mientras a lo lejos y ahora a corta distancia, se sitúa Podemos con una posición bastante mejorada. Y es que, Pablo Iglesias ha demostrado que su liderazgo se proyecta positivamente en la cercanía y no tanto en distancias mayores. Al respecto, la formación de Albert Rivera ha experimentado una caída de intención de voto y en las filas socialistas se ha observado un cuestionamiento de la figura de Pedro Sánchez.

Durante estos días se han sucedido distintos debates, a cuatro, a seis bandas y a dos. Esta semana se celebra el debate clíma entre los dos grandes hasta el momento. El único al que asistirá Mariano Rajoy frente al líder de la oposición. Al respecto, se barajan dos hipótesis sobre su ausencia en los anteriores más allá del miedo escénico que domina al actual Presidente. Por un lado, la aparición de Soraya Sáenz en los otros debates y en los carteles electorales sugiere la posibilidad de que exista un relevo en el liderazgo popular, asumiendo además su papel de “heraldo” de Rajoy. Por otro lado, se encuentra la negativa de Arriola de plantar cara a las formaciones emergentes. Y es que, este asesor politico, al que ya se le ha pasado el arroz, se niega a observar antes de su jubilación como los “frikis” de la política introducen una segunda generación en la agónica clase política española.

De hecho, ya no hay sólo “frikis” entre Podemos, sino que este concepto arriolista puede ser traspasado a Sánchez, Rivera y Garazón debido a su perfil socio-económico y su edad. De esta forma, los populares son los que se resisten a ese cambio generacional. Ciertamente, las generaciones nacidas en democracia son las que tienen mucho que decir en estas elecciones generales, en las que se le ha vetado el voto a miles de españoles en el extranjero, aduciendo dificultades burocráticas. Será por esto y por la corrupción, no ya tanto por la cuestionable recuperación económica, por lo que el Partido Popular tendrá que responder en la próxima legislatura, sea cual sea el resultado.

Lo que no cabe duda es que estas elecciones abren una nueva etapa politica tanto de cambio en el sistema de partidos como de constitución de las élites políticas. Ahora bien, una cosa es jugar al Juego de Tronos y otra es gobernar, ya que es ahí donde todos y cada uno de los partidos se la juegan después del 20-D. Es por eso, que estas elecciones son el inicio de una nueva época en España y es aquí donde todos estamos llamados a votar, sea cual sea la decisión, para hacer Historia.

Debates, excluidos y ballenas hipsters

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0001452771El y los debates electorales que han tenido lugar a cuatro bandas representan unos de los encuentros históricos en la democracia. Se sabe que la participación de los candidatos en dichos debates no afecta especialmente a la decisión de voto, a excepción de los indecisos. Al ser el momento actual uno de los de mayor incertidumbre y de cambio que se produce prácticamente desde la entrada de los populares en el Gobierno en 1996, es cuando dichas intervenciones pueden capturar más votos indecisos. Si bien, espero que haya mucha gente interesada en votarle a Saenz de Santamaría. Aunque esta cuestión bien merece un comentario en profundidad en otra columna.

Lo cierto es que el arribafirmante no vio el debate de ayer. Se conocen adecuadamente las propuestas, se saben las posibles coaliciones y alianzas que se pueden fraguar y se desgrana claramente el espacio ideológico de cada uno de los partidos. Si bien, es recomendable estudiar los programas políticos de las fuerzas emergentes de Iglesias y Rivera debido a que estos programas tienen vocación de ejecución. Es decir, se ha demostrado que ambos candidatos tienen capacidad para decir lo qué harán y para rectificar sobre lo dicho. Algo que no se observa en la inquebrantable e indudable voluntad de los populares. Y ciertamente, hay que temer a aquellos que nunca ponen sus acciones en entredicho, quienes excluyen la crítica.

También se deduce de lo anterior que el arribafirmante haya decidido su voto entre los cuatro debatientes. Si bien, no estaban todos los actuantes políticos pues alguien se había olvidado a un economista malagueño y a otros reputados candidatos que se presentan a estas elecciones. Ni son todos, ni se estaba al completo. Por lo que, la escenificación de estos debates son la aceptación del nuevo establishment político que nos depara la próxima legislatura, en el que unos existen y otros son personajes ficticios. Más allá de todo eso está claro que no hay problema en ser hipster y votarle a Rajoy, otra cosa es que el votante sea una ballena canaria.

¿Por qué triunfa Ciudadanos?

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La indiscutible posición de Albert Rivera se sitúa entre los tres principales partidos con intención de voto para las generales. Mientras que en las elecciones autonómicas que se celebran, mantiene posiciones entre la primera y la segunda fuerza con más votos. De esta forma, Ciudadanos se ha constituido como el partido más exitoso de la nueva oleada de lo que algunos han venido a definir como la “nueva política”. Ni la extinta UPyD ni la moribunda IU, han conseguido aprovechar esta situación de crisis y a la vez de oportunidad que ha surgido en el mercado político. En cambio, Podemos que parecía aglutinar a la mayoría del descontento de izquierdas ha obtenido un éxito relativo que no se corresponde con sus expectativas iniciales.

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Las voces críticas señalan a ciudadanos como un heredero de PP y PSOE. Una especie de suerte de continuismo de las propuestas políticas realizadas por el bipartidismo, los dos grandes catch-all-parties de la primera época de la democracia española. Y es que, algo de verdad encierra estas afirmaciones. Es cierto que Ciudadanos supone un aglutinamiento de las tendencias ideológicas más moderadas y del votante de centro, ya sea centro-izquierda o centro-derecha. Lo que explica que el éxito de Ciudadanos se deba principalmente a la atracción de votantes socialdemócratas y liberales, entre otros. Y es que, si se observan los datos de auto-ubicación ideológica del votante español, éste se sitúa en una posición entre el cuatro y el cinco, por lo que a grandes rasgos, la mayor bolsa de votantes se encuentra en torno a posiciones políticas moderadas.

Partiendo de que el votante promedio está en una posición centrípeta, se puede explicar la caída de Podemos a partir de sus posiciones originales radicales. Las cuales han tenido que moderar conforme han entrado en el juego político para poder hacerse un hueco en el mercado electoral. De hecho, la ruptura de Podemos con el discurso bipartidista ha beneficiado más a su adversario Ciudadanos que a la misma formación. No obstante, Ciudadanos tiene que jugar a un juego peligroso, y es que en aquellos casos en los que no gobierna, se está convirtiendo en una fuerza de apoyo a la gobernabilidad en las distintas arenas, situándose en una estrategia de partido-bisagra. Ahora está en las posturas que mantenga si actúa como partido-bisagra sin integrarse en los gobiernos que apoya o si realiza una labor de oposición adecuada. Se podrá estar en desacuerdo o en acuerdo con Ciudadanos, pero sí es cierto que durante mucho tiempo muchos votantes han esperado una opción política central capaz de defender los derechos individuales por igual que los derechos colectivos, y aglutinase lo mejor del centro-izquierda y del centro-derecha. He ahí el éxito.

Creer en la disgustosa realidad

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encuestas-a-pie-de-calleEl Centro de Investigaciones Sociológicas ha publicado su encuesta política esta semana. En ella sigue apareciendo el Partido Popular como opción más votada con un 29%, seguido de PSOE con un 25,3% y de Ciudadanos con un 14%. Mientras, el voto de Podemos sigue cayendo en picado. La cuestión es que este cuestionario sigue sin convencer, y obviamente, sin gustar a esos dos tercios de la sociedad española que van a votar a otro partido distinto a los populares. Y es que, es legítimo que esta predicción disguste a gran parte de la sociedad que es mayoritaria, es decir, no es que el PP sea la opción más votada, sino que es mayor la cantidad de electores que van a negar el apoyo a Rajoy.

Ahora bien, es indudable el carácter técnico de una encuesta, máxime cuando es realizada en una institución como la anterior. Generalmente, la intención directa de voto, el recuerdo de voto, la simpatía y la autoubicación ideológica suelen ser las variables a partir de la cuales se realizan las estimaciones. No obstante, se puede aventurar una medida que muchas veces ha acertado resultados electorales, pero que no ha sido desarrollado por los profesionales. Esa variable es la creencia individual sobre la victoria electoral.

Siguiendo esta lógica, una pregunta que se puede incorporar en futuras encuestas debería ser la siguiente: “Y usted, ¿quién cree que puede ganar las elecciones generales?”, o “¿quién cree que ganaría las elecciones si mañana se celebrasen uno comicios?” Esta medida acierta de lleno en que a las personas les fastidian los resultados negativos para aquellos partido por los que sienten simpatía o de quién esperan una victoria, pero otra cosa son la estimación subjetiva que cada uno realiza sobre el pronóstico electoral.

Elecciones locales en Málaga 2015

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A menos de una semana, los ciudadanos tendrán que volver a expresar su voto en los comicios municipales de 2015. Según la intención de voto de una encuesta de Celeste-Tel presentada este mes de mayo, se revalidaría la victoria de Francisco de la Torre con 15 ediles, pero sin alcanzar la mayoría absoluta que los populares ha gozado últimamente. Por su parte, los socialistas encabezados por María Gámez ahondarían en la crisis que vienen sufriendo en el seno del consistorio y obtendrían unos 8 concejales. Mientras tanto, Izquierda Unida bajo el nombre “Málaga para la gente” mantendría unos 3 representantes al igual que Ciudadanos de Juán Cassá y Ahora Málaga (Podemos) de Isabel Torralbo, obtendría 2 ediles. En cambio, los andalucistas seguirían sin volver a la casona del Parque y el partido de Rosa Díez quedaría sin acceso una vez más.

En cuanto al grado de conocimiento y valoración, el líder con la nota más alta es Francisco de la Torre (PP) con un 96,8% y un 6 como nota respectivamente. Asimismo, iría seguido de María Gámez (PSOE) con un conocimiento del 59,5% y rozando el aprobado con un 4,1 y Eduardo Zorrilla (IU) con un 41,3% y una valoración de 4,1. Por su parte, el candidato de Ciudadanos, Juan Cassá, presenta un grado de conocimiento del 22,8% y una calificación de 4,8% y la candidata de Podemos, Isabel Torralbo, disfruta de un 22,5% y un 3,5, respectivamente. Finalmente, el candidato de UPyD se sitúa con los resultados más bajos en ambas variables.

Si se observan estos mismos datos, pero en relación entre los votantes y el partio, se observa como se mantiene una posición similar, ganando De la Torre y seguido por María Gámez. Sin embargo, se observan unas valoraciones positivas de los votantes populares hacia Juan Cassá y de los socialistas hacia Isabel Torralbo, respectivamente. Lo que nos lleva a plantear la hipótesis de la importancia que el eje izquierda-derecha tiene en los comicios electorales malagueños, siendo tradicionalmente un votante más escorado al centro-derecha en comparación con el votante español promedio, situado al centro-izquierda.

En otras encuestas, se mantienen predicciones similares de una mayoría simple para el PP, como la publicada por Sigma Dos este mes. Por lo que, los populares tendrán que gobernar en solitario con apoyos puntuales o intentan llegar a un acuerdo para un gobierno de coalición. Sea cual sea la situación, se echa en falta una mayor preocupación por el programa electoral en una época donde los cantos de sirenas de nuevos partidos, atrapan a conservadores y socialdemócratas en las mismas arenas.

Sorpresa andaluza

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Rai - trasmisione porta a porta elezioni amministrativeComentan los expertos que las elecciones andaluzas depara unos resultados inesperados. Tal y como sucedió en las anteriores de 2012, en las que el voto al PP estaba sobrerrepresentado. Sin embargo, esta vez serían Podemos y Ciudadanos algunas de las opciones partidistas que podrían haber sufrido un aumento de su tamaño real como resultado de los efectos de la variable de simpatía política. Sea como sea, las presentes son unas elecciones de cambio en lugar de unas elecciones de continuidad, en las que cambiarán bastante las circunstancias y limitaciones del sistema de partidos autonómico.

El bipartidismo gravemente herido, pero aún vigente pervivirá una legislatura más. Existen datos suficientes en cualquiera de las encuestas publicadas por el CIS, IESA, Metroscopia o MyWord entre otros para observar que los partidos de gobierno clásicos de la democracia española van a sobrevivir. Y es que, lo fundamental no serán los resultados del domingo, sino muy al contrario, lo que se acuerde una vez se sepa el peso de cada fuerza política dentro de la cámara andaluza.

Hacienco memoria, la cámara andaluza ya ha tenido anteriormente más de cuatro partidos en su seno. Recuerden cuando en la primera legislatura, PSOE, UCD, AP, PCE y PA estaban representados dentro de dicha institución. Por lo que, ante todo cabe hacer hincapié en que se experimentará un momento de aumento de las identidades políticas y de transformación en múltiples ámbitos. Las posibilidades de coalición y los pactos que se funden entre las nuevas fuerzas políticas serán realmente los factores que determinen el futuro de la autonomía andaluza en los próximos cuatro años.