democratizacion
Distribución de la riqueza en democracia
En la cuestión sobre economía y democracia, los teóricos de la modernidad permiten explicar la transición a una democracia en el corto plazo, es decir, cuando una dictadura se desestabiliza y se abre la posibilidad de cambiar a otro régimen. A partir de 6.000 dólares de renta per cápita se abre la posibilidad de crear una democracia. Mientras que otros trabajos, entre ellos Houle permiten ubicar el papel que la desigualdad económica juega no tanto en el corto como en el largo plazo de una democracia. En su tesis, este autor sostiene que la distribución de la renta es un tema que el Estado democrático debe tener en cuenta en sus inicios, incluso en su transición. Sin embargo, la gestión de este asunto puede afectar en contra o a favor de su futura estabilidad, o dicho de otra forma, en cuanto se refiere a su calidad democrática. De esta forma, Houle coincide con los marxistas como Miliband y Altvater en que la desigualdad es algo que preocupa a la creación del orden social por parte del Estado.
En este sentido, Houle argumenta que la desigualdad puede dañar la consolidación de la democracia, pero no se observan efectos de la misma en el corto plazo, en la democratización. Si bien, Przewosrki y Limongi vienen a decir que el desarrollo económico además de propiciar la democracia, reduce los conflictos de distribución de la riqueza, pero en el fondo, dice Houle que el anterior trabajo no explica, no da cuentas realmente, de porque la riqueza influye en la democracia.
Un aspecto importante, que si bien merece la pena discutir y que introduce Houle es el referente a la medición de la desigualdad, y por tanto de la riqueza de un país. Tradicionalmente, la economía ha usado el PIB y más tarde se ha recurrido al índice de desarrollo humano de la ONU. Entre las medidas de medición de la desigualdad, se recurre al indicador de Gini y la curva de Lorenz, pero no hay un acuerdo sobre cuáles medidas son más válidas. También, cuando se ha medido la desigualdad se ha hecho tanto con Large-N como con pequeños estudios de caso (Acemoglu and Robinson, 2006). Por lo que, sería recomendable encontrar un consenso en este aspecto.
Razones para la transición
Puede que el crecimiento económico combinado con una serie de políticas aperturistas y redistributivas explicase el avance de los regímenes no-democráticos en el Sureste Asiático, en los llamados “tigres asiáticos”. Sin embargo, estas mismas variables no pueden ser aplicadas al reciente proceso de democratización de los países de Europa del Este, algunos de ellos recién salidos de la Guerra de los Balcanes en los noventa y diez años después convertidos en democracias liberales con una economía de mercado. Lo que les permitió en esa misma época convertirse en miembros de la Unión Europea. ¿Cómo es posible que estos países que habían abandonado un régimen socialista y habían vivido el sufrimiento de los nacionalismos se convirtiesen en poliarquías? A esta pregunta se plantea la necesidad de elaborar una nueva agenda de la investigación que tenga en cuenta los acontecimientos en el largo plazo.
La cuestión está en que los autores comparatistas deben corregir sus errores y tener en cuenta los datos micro. La simple explicación a través de variables cuantitativas y de tipo macro-económico puede empobrecer y subestimar las posibilidades que ofrece la estructura social. Por lo que, es necesario incluir estos aspectos en las futuras investigaciones para evitar la dispersión que ha existido hasta el momento.
Por otro lado, tampoco existe una teoría sobre si las evoluciones a la democracia se producen por distintas vías en el caso de los totalitarismos. De hecho, los teóricos normativos sugieren que no puede existir política alguna en aquellos regímenes que no sean democráticos y respeten la institución de la ciudadanía. Si seguimos esta lógica, podemos conectar los rasgos de los totalitarismos caracterizados por la ausencia de autonomía de la esfera política con respecto a otras y viceversa con la negación de la política realizada desde la moral política. De hecho, otros autores coinciden en que la creación de autonomía de la esfera política en relación con otras como la económica y la social puede ser un rasgo de democratización. Por lo que, una vía para la transición desde regímenes totalitarios a democracias puede pasar por un cambio institucional donde se independice la política de otros campos. Y es que esto es algo que se consigue por parte de la Administración a través de la asunción de principios (imparcialidad, eficiencia, etc.) propios del Estado de Derecho y no asociados a una determinada ideología o corriente religiosa. Así, la solución a los regímenes más extremos puede venir no necesariamente a través de la estructura social, sino mediante el acondicionamiento de las instituciones.
En resumidas cuentas, se pueden tomar en cuenta esta serie de recomendaciones y de datos que son de interés para las transiciones como objeto de estudio de la Ciencia Política. Lo que se puede resumir en una actualización de la agenda, la combinación de datos macro y micro en su análisis y el recurso a distintos enfoques que permitan conocer más detalladamente cómo avanzar hacia una democracia desde un contexto autoritario.