empleo
Balance del trece
Aunque hace unos meses, las estadísticas oficiales sostenían que se estaba creando empleo, el día a día no ha cambiado para la mayoría de la sociedad. Puede que la promesa electoral de Rajoy hablase del pleno empleo en el sentido matemático de la palabra. Y es que, ya se sabe que desde que empezó la gran mentira en 2008, la única preocupación de nuestros gobernantes –independientemente del color- ha sido una buena presentación de números. Sin embargo, el sujeto sigue perdido entre sobres rapaces y gambones ugeteros que no estarán en muchas mesas navideñas.
Juanca sin cambios recordará la importancia de la institución monárquica. Una institución que independientemente de que vulnere los derechos de igualdad, representa –por su familia- a todo un ejemplo del “typical spanish”. Un abuelo que no quiere irse, un hijo a la espera de pillar el puesto en la empresita del padre, una hija corrupta, un yerno que mejor no salga en las fotos y unos sobrinos que a falta de Playstation se dedican a dispararse unos a otros con rifles de posta. Eso sí, se nos olvidaban los chalecitos en Barcelona y Mallorca.
Mientras tanto, nuestra democracia cada vez más prostituida. Desde sus bases hasta la cúspide, con dos partidos del sistema que caen en picado a la espera de ser devorados por las pirañas. Entre ellos, el depredador del populismo y que cada cual lea esta palabra como le apetezca, pues lo cierto es que los populistas se acusan mutuamente de serlo. Curioso, ¿verdad? Es difícil mirarse en el espejo.
Por lo demás, España sigue siendo un país feliz. No ha cambiado gran cosa, sólo se ha acentuado lo que ya teníamos. Y ahora cabe preguntarse qué pedirle al nuevo año. Algunos estarían gustosos de un conflicto armado. Cataluña, bolcheviques y desmembración de la unidad pensarán algunos de la vieja guardia, del búnker. Lo peor, es que seguimos sin darnos cuenta que la nuestra, es una sociedad de oportunistas. Catalanes o vascos, castellanos o gallegos, andaluces o levantinos, tenemos el mismo ingrediente.
El señor de las tijeras
Los recortes en cualquier cartera están a la orden del día. A diario, la prensa retransmite los entresijos de la sastrería de Moncloa donde se recorta de todo, menos el sueldo del personal estatutario, dícese los políticos. Y es que, si la prioridad que vendía el PP durante la campaña era el empleo, ahora se ha convertido en ajustar las cuentas macroeconómicas para quedar bien en la familia europea. Y según algunos, para no caer en un rescate que puede salir a la griega.
Las soluciones de los recortes son sólo medidas a medio plazo. Ya que aún así, no se conseguirá atajar con el problema de raíz que es la caída de la producción y el empleo. Como decía un prestigioso profesor de Economía, Rajoy se ha convertido en el señor de la tijera. Cortes y descosidos por un lado y por otro, pero nadie se encarga de reactivar la economía que es la auténtica cuestión que está al fondo del telón.
Las pymes siguen sufriendo y el comercio local continúa cerrando. Mientras, se anuncia que el primer trimestre de este año se ha iniciado una recesión producida por las cuentas heredaras de Zapatero y los recortes del actual ejecutivo popular. Y así, seguirán cerrando unas empresas y otras. Como decía el refrán, primero fueron a por mis vecinos de la calle de arriba, después a por los otros y así hasta que el último fue uno mismo. No habrá escapatoria a la economía si la dirección del Gobierno va a ser “feudalizar” una sociedad que ya empieza a dar pasos de gigantes hacia atrás.