Mes: diciembre 2011
El riesgo de Rajoy: imagen y liderazgo
El Gobierno ha nombrado a sus nuevos ministros. Ahora cabe preguntarse cuál será el estilo de liderazgo y gestión del ejecutivo popular. Aunque, conocemos a Mariano como ese hombre afable y a veces tan criticado en el seno del partido, especialmente tras la anterior derrota electoral de 2008. Éste es el momento para observar y analizar sus dotes como líder de un país que está a punto de ser arrastrado por la escila económica de Italia y Grecia.
Rajoy es un hombre que conoce sus limitaciones. No tiene gran fluidez con el inglés, ni tampoco es un experto en economía, más bien, lo que se ha llamado muchas veces un “político generalista”. Por ello, se ha rodeado de tecnócratas y ha asentado en los ministerios claves para atravesar la crisis a especialistas en la materia. De forma similar, Zapatero también se rodeó de grandes fichajes, como Solbes. Sin embargo, Zapatero trató a sus hombres como lacayos y no como consejeros de los cuáles debiera guiar su criterio. Y es que, no sabemos si Rajoy cambiará este estilo, o lo mantendrá como hizo su predecesor.
En el caso hipotético de que no lo hiciera, entra en juego una segunda variable. Si la comunicación política llevada a cabo desde los ministerios y desde el mismo partido, situasen a Rajoy como un salvador en el largo plazo, cabría el riesgo de la creación de un virtual liderazgo carismático. Y esto, volvería a situar tanto su liderazgo como su imagen en la de un ejecutivo preparado, pero castrado por una mano férrea que dicta en las sombras. A imagen y semejanza, de Zapatero.
El embrión de las nuevas Cortes
La mayoría absoluta del Partido Popular investirá hoy a Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno. Por delante, quedan los recortes de los macroministerios y el miedo a la caída de las prestaciones sociales. También, queda el cumplimiento de las promesas que España ha hecho a los países de la eurozona y sus ajustes económicos. Lo que incluye una meta del déficit en un 4%, aunque el próximo ejercicio económico marque una cifra ligeramente mayor.
La estructura de alianzas se establece principalmente entre populares y nacionalistas catalanes, abriendo paso a la aprobación de medidas neoliberales especialmente en el ámbito económico. En un segundo plano, quedan otras colaboraciones coyunturales, como el frente común de PP y UpyD ante las demandas de la izquierda abertzale. Los que han visto, como se les ha negado un grupo parlamentario propio ante el voto de PP y la abstención de los demás miembros de la mesa.
A grandes rasgos, el futuro ejecutivo dividirá sus políticas en las urgentes y las estructurales. O mejor dicho, entre aquellas referidas a economía que piden una mayor atención. Y esas otras, más bien las que corresponden a la legislatura y tienen una vocación largoplacista. Con todo ello, se incluye entre las principales medidas una llamada a la austeridad en las comunidades autónomas. La cuestión está en saber por dónde va a venir dicho ahorro fiscal.
Los Borbones vuelven a las andadas
Los presuntos casos de corrupción de Urdangarín y otros miembros de la Casa Real están a la orden del día. En esta, la nuestra democracia ibérica, la corrupción no es un invento de la clase política. Ni mucho menos, este suceso debe ayudarnos a reflexionar quiénes han sido los maestros de depravación a lo largo de nuestra historia. Y sin dudas, estos señores los descendientes de la estirpe francesa de los Bourbon.
Tras la Guerra de Sucesión, los Borbones se instalaron en España procediendo a la única política razonable que ejercieron: la de centralización. Después de eso, continuaron las generaciones de déspotas, inválidos, pendencieros, tiranos, puteros y moldeables gobernantes. Podemos citar la cesión de la corona a Bonaparte, la vuelta al absolutismo de Fernando VII, la España de la Restauración y la huída de un monarca cuyo pueblo no lo quería. Éstas han sido las grandes obras que los Borbones han dejado para el pueblo español.
Y ahora, en medio de la vorágine económica, encontramos a un miembro de la familia real y unos políticos populares desviando dinero público para satisfacer los gastos monárquicos. Entre las casas monárquicas más transparentes se pueden citar las de Inglaterra y Holanda. Pero claro, no podemos pedirle lo mismo a esta suerte de absolutistas reconvertidos en corruptos de poca monta. Como decían en Nápoles: “Se fueron los Borbones, y nos quedó la cossa nostra”.
El inseguro destino del PSOE
Hace unos días, Bernardino León reconocía que estos días son de silencio para los socialistas. Al parecer, si algo pidió la ejecutiva a sus hombres fuertes fue el exilio de la voz. No al cuestionamiento de los candidatos, ni a la herencia del Gobierno Zapatero, ni a quién está por encima de quién. Lo que se perfila claramente que el problema interno del partido ha sido una serie de fallos de comunicación.
En primer lugar, falta de comunicación. Las ejecutivas socialistas han pasado a adoptar una práctica oligárquica, similar a la fórmula presidencialista de la derecha, consistente en transmitir información vertical desde arriba hacia abajo. Y es que, lo único que se han transmitido han sido órdenes, sin explicar las causas o sin hacer caso de las sugerencias de la base para que se sintiese participada.
En segundo lugar, errores en cuando a la distribución del capital político y social. La ejecutiva no ha calibrado adecuadamente los liderazgos. Si realmente lo ha hecho, han quedado dispuestos para quemar a unos y salvar a otros. Los mismos que en febrero se reunirán en un congreso federal para determinar quién es el nuevo secretario general.
Por tanto, son días de borrasca socialista. Mientras, queda un azulado cielo a la espera de que el águila o la gaviota anuncien sus planes para el país. Un milagro mariano que no sabemos si será la blanca paloma o el cuervo de un aciago futuro. Y como decían los Stark: “no escuches los cuervos, sólo saben mentir”.