teoria de las elites
Ciudadanos jerarcas
Podemos ya ha empezado su guerra interior. Al respecto, surgen los críticos contra la falta democracia basándose en una guerra de liderazgos. Parece que alguien pensaba que la supuesta democracia interna del partido morado iba a ser una excepción a la vieja política, o de forma más clara, a la política partidista de toda la vida. Necesariamente son dos cuestiones distintas, el grado de democracia interna y la pugna entre las élites de esta fuerza. Es politológicamente normal que todo grupo político experimente este tipo de desajustes que son necesarios para una posterior armonización de las jerarquías. Sí. Jerarquías.
Lo mismo está pasando ahora en Ciudadanos donde ya se han hecho públicas las primeras críticas contra el liderazgo personalista de Rivera. Más suavizado que el caudillismo que experimenta Pablo Iglesias, pero no menos efectivo por las consecuencias que tiene para la organización naranja. Así, Albert se ha rodeado de sus personas de confianza como Arrimadas para asentar el nuevo orden dentro del partido. Ya otra cosa, como hemos dicho antes, es que esto no puede unirse al debate sobre la mayor o menor democracia interna. ¿O quizás sí?
La ley de la oligarquía de hierro de Michels sigue estando presente. No vengan Pablo Iglesias ni Albert Riveras a darnos explicaciones. Porque una cosa está clara. Los debates internos en cualquier partido no dejan de ser enfrentamientos entre élites con distintos intereses que termina con la imposición de una frente a las otras. Y eso no lo va a cambiar la perfumada “nueva política”.
Dice un buen profesor, Josep Baqués, que tenemos los políticos que nos merecemos. Nuestros políticos son humanos, no extraterrestres ni criaturas de una dimensión alternativa. Proceden de nuestra misma sociedad, han estudiado en lugares -menos o más privilegiados-, comparten creencias religiosas ampliamente extendidas, han participado en actividades, clubes o asociaciones presentes en su entorno. En definitiva, han llevado a cabo un proceso de socialización existente en el seno de su sociedad. Un proceso de socialización que otras personas ajenas a la política, también han experimentado. Nuestra élite política es producida en casa, es un producto de manufactura artesanal. Su pensamiento, su forma de contemplar el mundo, sus acciones, la justificación de sus acciones y sus objetivos no son tan distintos a los que cualquier ciudadano tendría.