Día: mayo 3, 2015
Podemos sólo se reajusta, no se fractura
El arribafirmante ya ha dejado clara en más de una ocasión su postura frente a Podemos. No obstante, es preciso tomar distancia con respecto a lo que está sucediendo últimamente en este partido. Un análisis en profundidad alumbraría cómo esta formación está experimentando las dinámicas que otros tantos partidos han vivido y viven. Más allá de los titulares sensacionalistas que hablan de “ruptura”, “crisis” o “fragmentación”, hay que mencionar una cuestión en defensa de Podemos y es que la manifestación de sus conflictos internos es una prueba fehaciente que existe un diálogo interior. Un hecho, que se puede poner en duda en el seno de otras organizaciones del sistema de partidos español.
Monedero ha aparecido, tras su dimisión, como la víctima de una traición política por parte de Iglesias. Si bien, se podría hablar de un desencuentro entre dos perfiles de militantes distintos. El primero, representa el teórico y crítico de lo que ha venido en llamar como el “régimen del 78”. Es incuestionable el perfil intelectual y se podría decir que hasta fanático de Monedero. Un acérrimo defensor del discurso originario de Podemos. Sin embargo, el viraje dado hacia el centro político por Iglesias para captar mayores votos entre los desencantados y su posición como un partido “atrápalo-todo”, ha implicado una moderación en dicho discurso. Como en política, gran parte de todo se basa en la toma de decisiones dentro de un menú delimitado de alternativas tácticas. Y estas tácticas se definen con acuerdo a los fines planteados.
El equilibrio entre creyentes y arribistas es fundamental en cualquier formación política. Al menos, eso sostiene la teoría de la elección racional de Panebianco. Y en base a esta visión, lo que esté aconteciendo en el interior del partido simplemente sea un reajuste de las posiciones de ideólogos y estrategas. De hecho, los creyentes suelen evitar las primeras filas de acción y quedan en un segundo plano urdiendo las ideas y los programas. Y una prueba de ello, es que Monedero ha renunciado a sus cargos, pero no a su militancia, reivindicando su lugar como intelectual de la formación.