patrimonio
La indolencia malagueña
Málaga tiene muchos valores añadidos en su haber en el ámbito cultural, histórico y patrimonial. Sin embargo, también tiene una sociedad marcada por la indiferencia y el desconocimiento de su propia identidad. Véase los yacimientos prehistóricos de la Araña, las ruinas de la legendaria Mainake, las distintas ruinas romanas que se conservan (Teatro Romano, Acinipo, etc.), los dólmenes de Antequera, el patrimonio industrial decimonónico, el cementerio inglés y el pasado nazarí que se perdió tras la limpieza étnica y el genocidio perpetrado por la recien constituida España de los Reyes Católicos. El trabajo tímido y continuado de algunos colectivos culturales ha permitido rescatar y difundir algunos de estos elementos junto a algunos actos como la recién concluida Noche En Blanco que se celebró el pasado sábado.
Si bien, se realizan distintas llamadas a un cambio de actitud de los malagueños que muchas veces puede ser comparado con la metáfora de un burro sacudiéndose las moscas del trasero con la cola y mascando hierba. Y el burro sigue espantando moscas, como pueden ser la afición por el equipo de fútbol local o las últimas obras faraonicas de turno. ¿Dónde está el trabajo por recuperar nuestra identidad? A la par que, la calle Larios deja de ser abrigo de comercios locales históricos y tradicional para convertirse en una pequeña muestra de la globalización, acogiendo a franquicias varias.
¿Estará perdiendo Málaga su esencia? La indolencia es una enfermedad grave. Una nueva generación que corre el riesgo de perder tanto material como intelectualmente aquellos elementos que permiten definir lo «malagueño». Y más allá, del chovinismo que algunos dicen caracterizar a los malacitanos, este chovinismo existe porque es la última posibilidad de defender nuestro patrimonio frente a otras identidades locales y la indiferencia de la gran mayoría de la población malagueña. Al menos, quepa la posibilidad de pensar que aún quedará algún malagueño que sepa interpretar las palabras emblema del escudo de la urbe.
Málaga obscure: investigando el «dark side»
Bajo el título ‘Málaga Negra’, dos jóvenes investigadores malacitanos, José Manuel Frías y Salvador Valverde, recopilan casi 300 muertes violentas. Estos difuntos que deambulan por las páginas de este trabajo histórico y detectivesco son una parte de esa nuestra otra historia más oscura a lo largo de los últimos cinco siglos. Buena fe dan de ello el trabajo de recopilación, documentación y maduración de la información realizada por sus autores que permite conocer a día de hoy hechos siniestros que bien quedaron en el olvido, bien no fueron conocidos más allá del lugar en el que sucedió. Lo que demuestra, pese a lo que pueda parecer que aún existen hechos de la historia malagueña que esperan a ser desempolvados en la estantería de algún archivo o digitalizados en un repositorio.
Ciertamente, detrás de este tomo se encuentra un trabajo de investigación intenso y extenso. Lo que ha sido posible gracias a la existencia de archivos como el Narciso Dïaz de Escobar y el Archivo Histórico de Málaga, entre otros. Al respecto, existe una opinión algo extendida entre algunos sujetos -productos de denominación de origen universitaria- sobre qué estos fondos documentales deberían ser el coto de caza privado de los académicos. Como si la historia de una ciudad o su patrimonio debieran estar vedados sólo a los expertos. Por suerte, esta abominación intelectual no se ha producido, pues de serlo, viviríamos en algún mundo orwelliano donde no sabríamos gran parte de nuestro pasado, sino sólo aquel que interesase a la comunidad académica para hacer progresar sus currículos y que se escribiría a gusto de las élites. Mientras tanto, algunos de estos intelectuales académicos se quejan de la poca preocupación de la sociedad por la cultura. Hipocresía. La historia puede y debe ser investigada por cualquier ciudadano.
En ese sentido, este mes se cumplen ocho años desde que El Avisador Malagueño y la Academia Malagueña de las Letras ‘Santa María de la Victoria’ comenzase su andadura de divulgación de la historia local de Málaga y provincia bajo la dirección de Diego Ceano. ‘Málaga Negra’ es una prueba junto a sus autores de que se ha trabajado en la dirección acertada, pese a las dificultades y trabas que hubo en un principio. Y es que, el proyecto, que inicialmente iba destinado a fomentar el conocimiento de la historia malagueña entre estudiantes de primaria y secundaria; retomó su rumbo hacia la divulgación de la misma al público en general. Dicho sea así, enhorabuena a los protagonistas de esta obra.

