etica de la conviccion
Dos ponencias sobre el liderazgo de Santiago Martínez y la teoría política de Max Weber en el XIII Congreso de la AECPA
Francisco Collado Campaña y José Francisco Jiménez Díaz, del Área de Ciencias Políticas de la Universidad Pablo de Olavide, han presentando dos comunicaciones sobre el liderazgo local del primer alcalde de Almería, Santiago Martínez, y sobre la posibilidad de concebir el pensamiento de Max Weber como una teoría para la acción política en el XIII Congreso de la Asociación Española de Ciencia Política y de la Administración (AECPA). Este foro ha tenido lugar en Santiago de Compostela entre el 20 y el 22 de este mes.
La ponencia bajo el nombre «La construcción del liderazgo local en Almería durante la primera década democrática: Santiago Martínez Cabrejas (1979-1991)» estudia el liderazgo del primer alcalde de la actual democracia en el Ayuntamiento de Almería desde su victoria en 1979 hasta 1991. El enfoque del estructuralismo constructivista permite desarrollar un análisis diacrónico y secuenciado en sus etapas de socialización, legitimación e institucionalización. A través de estas etapas se observan cuatro elementos fundamentales como son: las formas de pensamiento y acción en su habitus, el marco primario en sus discursos, los capitales políticos acumulados durante su alcaldía y los campos en los que han participado. La metodología empleada está basada en entrevistas semiestructuradas a personas que conocieron de primera mano el liderazgo de Santiago Martínez. Así, puede interpretarse lo que ha supuesto el paso por la arena local de este alcalde histórico en la ciudad almeriense. Esta investigación es un estudio de caso del proyecto de tesis que desarrolla actualmente Francisco Collado, bajo la dirección de Francisco Entrena y José Francisco Jiménez
En el paper titulado «El pensamiento político de Max Weber: ¿una guía para la acción pública?«, los autores han pretendido analizar en profundidad las relaciones entre pensamiento y acción en la teoría política de Max Weber. Éste es un teórico político fundamental para comprender las realidades políticas del mundo contemporáneo, puesto que él fue un actor y espectador privilegiado de dicho mundo. Pero también porque él propuso un concepto de la política que marcó un punto de inflexión en la tradición de pensamiento político occidental: rompió definitivamente con la concepción clásica de la política. Desde Weber, la política no es sólo el arte del buen gobierno; quien se decida a practicar este arte tendrá que lidiar con las tensiones ineludibles entre los ideales políticos y las acciones políticas reales, así como evitar confundir ambos ámbitos de la vida política. Además, su concepto de la política va más allá de la concepción realista del poder (y del Estado) que se le atribuye con frecuencia. En este sentido, para Weber la política no es sólo la lucha interesada de personas organizadas en partidos políticos por la distribución del poder estatal en la democracia representativa, sino que la política se constituye como campo intrínsecamente conflictivo del que emana la inacabable discusión de valores en el espacio público sin la posibilidad de justificar científica y racionalmente tales valores.
Las mentiras de Iglesias
La nueva forma de hacer la política. Esa que se ha puesto de marcha con Podemos, parece que no tiene nada de nuevo y que todo huele a viejo. Apenas hace unos días que el ex Ministro de Agricultura y actual parlamentario europeo, el señor Cañete, nos sorprendía con una serie de datos económicos que había ocultado ante la institución del Parlamento Europeo. Un poco más tarde, Pablo Iglesias, ocultaba sus distintas retribuciones como colaborador de televisión y politólogo que asesoró a distintos gobierno latinoamericanos. Miren ustedes por donde, se ha vuelto a repetir lo que ya conocemos.
Es difícil, lo decía Weber, mantener un equilibrio entre la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad, o entre las ideas políticas y la lógica científica. Iglesias, que es politólogo como el arribafirmante, debería saberlo y más siendo miembro del ámbito académico. Como docto en la materia, debe reconocer que la ley de la oligarquía de hierro de Michels, siempre se cumple y que una tiranía invisible -promovida por una minoría- con todas sus nefastas consecuencias se acaba imponiendo en cualquier partido político. Esta es una ley de la Ciencia Política a la que nadie puede escapar como nadie puede liberarse de la fuerza de la gravedad. Por eso, la “nueva política” huele a “vieja política”, a casta o como él quiera llamarlo. Sin embargo, afirmar eso a los desesperados y las desesperadas que le votan es algo muy duro para estas personas y muy dañiño para el crecimiento de su clientela electoral.
No se puede utilizar la cátedra para exponer tus convicciones políticas, traicionando la lógica de la responsabilidad para con la ciencia humana. Dicho de otra forma, Iglesias, Monedero y Errejón han cometido ese error que cometen otros tantos docentes de Ciencias Sociales que es usar el pulpito universitario como una tribuna política. El mismo discurso de sus ideas políticas está presente en sus artículos científicos y en sus columnas, en sus clases en la Complutense y en su asistencia a las tertulias de televisión. Un politólogo vomitando sobre su propia creación. Eso es la cúpula de Podemos.