La lucha por el poder después de ZP
Zapatero es historia. Así lo denota la campaña electoral del Partido Socialista que ha invisibilizado su figura en la mayor parte de su agenda. Ahora, las instrucciones pasan por cerras filas ante Rubalcaba y aparecer firmes, prometiendo prebendas que a duras penas tendremos la certeza de si las cumplirán. Y es que cuando se va un gigante con los pies de barro, llegan sus sucesores aún por demostrar su liderazgo por el control del partido. Esto mismo es lo que está pasando entre Rubalcaba y Vara.
El problema en la organización de los cuadros, según Panebianco, pasa por repartir los cargos cuando hay escasez de ellos. Esta cuestión es la que ronda entre el ex Presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que aparece ahora como un crítico dentro del socialismo. No es de extrañar que ante el recuento de los fallos cometidos durante las dos legislaturas de Zapatero, surjan creyentes dispuestos a hacer de moralistas sobre lo que no debe volverse a hacer y el camino a seguir desde la secretaría general del partido.
A lo largo de ochos años, Zapatero consiguió retirar poder de los barones regionales. No obstante, ahora los pocos feudos que quedan del PSOE intentarán, haciendo un simulacro de reinos de taifas, defender a unos y otros iluminados por hacerse con el control de la dirección del partido. Pese a ello, el destino del liderazgo entre los socialistas dependerá en gran medida de los protagonismos y el desarrollo de las elecciones.