Día: septiembre 6, 2011
Trini, ¿la malagueña?
La disputa entre el socialismo andaluz y la ejecutiva federal manifiesta sus efectos en la elaboración de las listas electorales. En esto de las circunscripciones que tanto nos recuerdan a los feudos, entre baronías y taifas lleva a que señores y señoritas que no tienen nada que ver con una localidad la encabecen sin haber estado nunca en ellas. Es el caso de la actual ministra y diputada, Trinidad Jiménez, malagueña de nacimiento y madrileña de corazón que toda su carrera política la ha volcado en la capital. La cual tiene el privilegio de encabezar la lista electoral de los socialistas por su ciudad de origen.
Lo criticable más que la decisión de la cúpula socialista es la tendencia del sistema electoral en los grandes partidos. Estas entidades colocan a sus pesos pesados en las cabezas de los feudos donde tienen asegurada la salida de los parlamentarios estrella. Todo ello, con independencia de la relación que estas personas mantengan con el electorado de dicha provincia. El que puede ser cero como el caso de Trini cuya experiencia está más vinculada a Madrid y las relaciones iberoamericanas.
A mediados del siglo XIX, las cámaras legislativas eliminaron los mandatos imperativos de los electores sobre sus representantes. Una acción basada en la creencia de otorgar una mayor libertad a los representantes. Los que finalmente, en países de cultura mediterránea vuelven a emular un feudalismo choricero que bien noble podría ser si la relación con el electorado fuese tan directa como en los países anglosajones donde aún se mantiene la tradición de entrevistarse periódicamente con el electorado. Mientras tanto, tenemos que confiar en los conocimientos de Trini sobre las necesidades de Málaga. Un conocimiento que no será mayor que los que tenga de la posición que juega en la partida de ajedrez entre Rubalcaba y Griñán.