rodrigo rato
Tela para Rato
Rodrigo ha sido el primero en caer. Inspección hogareña, detención durante unas horas y de vuelta a la calle. El relato ha quedado como un amago de ejercicio de Justicia, pero también como un aviso de que los partidos están dispuestos a ¿reconocer? sus errores. Un reconocimiento de los errores cometidos es probablemente lo que puede (o podría) haber salvado la situación de nuestros partidos dinásticos: socialistas y populares. Por desgracia, ni Chaves ni Griñán, ni a Ratos ni a Montoros, se les va a presionar como se le presiona a aquellos ciudadanos que son deshauciados de sus hogares por impago.
Después los cuadros actuales de estos partidos se preguntan qué es lo que está pasando. ¿Por qué se habla de “casta” o de “vieja política”? Puede ser que quizá alguien esté jugando a crear un nuevo discurso para una nueva época de mano de la batuta de Laclau. ¿Es necesario un nuevo orden o nos quedamos como estamos? Quizá lo deseable puede ser recuperar el bienestar que teníamos hasta mediados de la década pasada, sin que nadie diga que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”. Para nuestros viejos políticos, eso también sería lo deseable, pero ya no saben por dónde se van a meter porque la cosa está que arde.
Ese mito de “las dos Españas” ha quedado totalmente por los suelos. Ya no hay dos Españas, hay cuatro cuartas Españas que postulan por sus verdades, mientras otras tantas arrinconadas en sus nidos ideológicos observan desde su torre de marfil el que puede ser uno de los escenarios más dinámicos de la historia reciente. Lo que no cabe duda, y el Parlamento de Andalucía lo demuestra, es que por una vez, tendrán que pactar y habrá que llegar al pacto, o se irá todo al carajo. Lo dicho: que hay tela para rato.