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Rubalcaba no está solo
El arribafirmante aún recuerda la soledad del candidato socialista la Presidencia cuando hizo sus primeras declaraciones tras los resultados electorales. Aquella noche no estaban allí los grandes del partido para apoyarle como Zapatero, Chacón, Griñán y otros. Un grupo de nutridos militantes era la compañía de aquella velada que abría el camino a la disputa por la Secretaría General. La que se ha saldado definitivamente con la victoria de este líder.
Chacón corrió rápidamente para desprenderse del discurso nacionalista y descender hasta Andalucía para recordar a sus afiliados que ella también había nacido en el sur. Una treta que obviamente no le ha beneficiado políticamente, perdiendo tanto votos de los delegados andaluces como de los catalanes. Y es que, las controversias regionales también son caldo de cultivo en el seno de un mismo partido. Para unos, Chacón era el símbolo de la regeneración para otros Rubalcaba es un signo de continuidad de unas ideas que no necesitan ser revisadas.
Como la elección de la ejecutiva federal es un proceso con ciertas dosis democráticas en comparación con otros partidos, han salido defensores y detractores del electo. Barones como Barreda y antiguos ministros como López Aguilar y Gabilondo han expresado su descontento. Otros como Griñán y Patxi López han sido agraciados con sendas posiciones en el órgano ejecutivo. Lo que expresa la disensión interna, recordando que Zapatero supo incluir en su guardia a amigos y enemigos.
Ciertamente, en un partido donde existe la posibilidad de elegir a sus candidatos, con todos sus matices; es un suicidio político no incluir a las distintas corrientes y territorios en su estructura ejecutiva. Rubalcaba estaba sólo, pero ha elegido al grupo que cree le hará mejor compañía en su periplo por el desierto. Ya sólo quedan dos opciones, o esperar a que Rubalcaba arda definitivamente en los próximos años o esperar a que el fuego purificador alcance antes al contendiente.
La soledad de Rubalcaba
El grupo de sujetos que han copado los ministerios en estos últimos años carecen de calidad profesional. Y si también me permiten decirlo, les falta humanidad. Parece ser que lo social no implica necesariamente lo humanitario. En la pasada jornada electoral, un líder socialista comparecía con franqueza frente a las cámaras y los militantes. Aunque allí, no se veía a ninguno de los otros responsables de la debacle socialista. No estaban Zapatero, ni Chacón, ni Pepiño, ni Trini, ni ningún otro petimetre del corral de chanzas.
Los resquicios del socialismo huyen a través de dos vías. Unos hacen las maletas para una holgada vida de pensionista como José Luis. Y otros sacan la guadaña, simil hoz de cosechadores de cabelleras, para luchar por lo poco que queda en esta fuerza política. La política de valores socialistas es una política de personas, de grupos. Y eso es lo que surge ahora en el PSOE. Un gallinero que no hará una oposición en condiciones hasta que se aclaren en quién lleva la batuta. Y para esto, suelen tardar, si no una, dos legislaturas.
El centro-izquierda ha perdido decisivamente estas elecciones, pero más aún ha perdido al hombre fuerte del Gobierno Zapatero. El que tanto había conseguido entre tantos inútiles, caía herido por la falta de firmeza de sus seguidores. En términos politológicos, se había consumado la estrategia de quemar al líder y generar una nueva hornada de socialistas. Pero me gusta más aún una frase de la película de Disney ‘El rey león’, donde el villano dice esa frase de “estoy rodeado de idiotas”. De eso, estaba rodeado Rubalcaba que no por llevar unos colores u otros, deja de ser un hombre fuerte de la política.
Zapatazo a las primarias
El balance de las elecciones municipales y autonómicas del 22-M es una efeméride. Un momento histórico que marca la debacle definitiva del ascenso del Partido Socialista en las instituciones. El poder que tantos años habían acumulado en todos los niveles de gobierno cae barrido por la victoria de los populares que mantienen actualmente el control de dos tercios de las comunidades autónomas y de todas las capitales de provincia andaluzas. Lo que anuncia la caída más profunda del liderazgo del Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y también de Jose Antonio Griñán en el feudo sureño.
Las respuestas desde los socialistas integrantes del Gobierno no se han hecho esperar. Chacón ha anunciado su negativa a presentarse como candidata a las elecciones generales los mismos días que se hablaban de primarias. Así, se habló de elecciones anticipadas, las fricciones con el PSC y los toques de queda del Patxi López al Presidente del Gobierno. Y es que, antes de que se convocase una auténtica concurrencia competitiva entre la élite socialista para su renovación, Zapatero ha hecho una vez más uso de su control personalista del partido. Para ello, un día después ha nombrado a Rubalcaba como el candidato oficioso del “zapaterismo” para plantar cara a Mariano Rajoy.
La regeneración de la que adolece el PSOE y que exigiría de una renovación de caras y de ideas profunda ha muerto. Una vez más, por el comité que dirige las tornas sin consultar a su electorado. El PSOE que tiene un sistema de elección mediante primarias, de forma distinta al método de compromisarios del PP parece que avanza hacia este segundo sistema. Posiblemente, hacia una fórmula mucho más presidencialista, rozando lo dictatorial.
Pero no todo son lágrimas, Blanco y Rubalcaba se unen en la caída de Zapatero y la continuación de su legado, como ¿la nueva oferta electoral del PSOE? En este panorama, ha aparecido la figura de un ex diputado socialista y miembro de la corriente crítica, Luis Ángel Hierro. Profesor de Economía Pública en la Universidad de Sevilla y Presidente del Consejo Económico y Social de Andalucía se postula como contrincante de Rubalcaba a las primarias internas. Posiblemente, esta apuesta de los críticos sea una llamada a la esperanza de que aún queda algo de democracia dentro del socialismo.