Las verdaderas razones de la dimisión de Gallardón
El que hace unos años fuera el líder de los “liberales” del Partido Popular y hasta hace una semana, Ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, ha dimitido debido al fracaso de la ley anti-aborto. Sin embargo, en un esfuerzo de sensatez y en términos de real-politik, no era necesario decapitarlo. Por un lado, porque la retirada del proyecto de ley podría haberse hecho a través de un ligero aviso a través de los boletines oficiales y de los medios de comunicación. Por otro lado, aborto ha habido y habrá siempre. La aprobación de esta ley no iba a contentar los deseos de los ultra-católicos de imponer sus creencias y dogmas al resto de los mortales. Lo único que iba a hacer esta ley era disminuir derecho y penalizar algo que a día de hoy es un derecho de las mujeres (y de los hombres).
Hay factores más políticos que han jugado en contra de Gallardón. Pese a lo que se pueda imaginar, el auténtico motivo ha sido la postura del Ministerio de Justicia ante la consulta catalana. Al parecer, el Gobierno Central o Rajoy, como ustedes lo quieren llamar, había dado instrucciones a Justicia para anular la autonomía de Cataluña en caso de que prosperase el referéndum sececionista. En dicho caso, las competencias correspondientes de las consejerías habrían pasado a manos de los demás ministerios que se encargarían de gestionarlas. Un hecho inédito en la historia del Estado de las autonomías, en el que por primera vez, una de las comunidades perdería su estatus como tal, quedando en manos de Madrid. Todo ello, con las implicaciones políticas e históricas que tendría dicha actuación. Algo a lo que Gallardón se había negado.
Una segunda razón, es que el ex Ministro de Justicia estaba dispuesto a llegar hasta el final en el caso Urdangarín, llegando a alcanzar a la infanta, que por cierto está bastante pringada y tiene mucha más mierda de la que se puede usted imaginar. A lo que Rajoy había dispuesto, que sólo se tocaría a su consorte y se dejaría intacta a Cristina, acallando los planteamientos del responsable ministerial.
Ante estas conflictivas divergencias, sólo ha hecho falta esperar al momento adecuado, como la retirada de la ley del aborto, para eliminar de un plumazo a Gallardón y matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, evitar la sangría de votos del centro-derecha y acabar con un adversario político. La carrera política del ex Ministro, alcalde de Madrid y discípulo de Fraga queda finiquitada por la contundencia de Rajoy. No se olvide que este Gobierno es el único que ha conseguido dinamitar al incombustible Pedro J. Ramírez y a Gallardón. Rajoy es un completo inútil para la gestión de una nación, pero un hábil “hommus politicus” dispuesto a acabar con cualquier peligro potencial que no baile a su son. Esta es la democracia que ofrece el líder popular.