El ordenador de Pepe

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1230020_569025789799377_1285229328_nPepe es un tipo cojonudo. Es capaz de hablar de todo, pero no sabe de nada. Sentado en su chiringuito favorito frente a las playas valencianas, lugar de alto standing, ha debatido sobre Gibraltar y la cuestión soberana. Se había tirado seis meses sólo hablando del affaire Bárcenas y de lo mal que la prensa trata al Gobierno que está salvando a este país del Apocalipsis. No sabemos si de uno zombie o medioambiental. Fuere cual fuere, Pepe ha aprovechado estas vacaciones para ver a su amigo Naseiro y a su sastre favorito al que le ha encargado una nueva chaqueta.

Mi colega Pepe es un tipo inteligente. Tras llegar a la conclusión de que los ingleses son unos tipos de los que no te puedes fiar ha cambiado de tema. Llevaba unos días, esos días antes de terminar el descanso estival, dándole vueltas al asunto. Había mirado por Internet, llamado a sus mejores contactos y revisado archivo. Pepe había llegado a la conclusión que la cifra de paro de este mes era la mejor que había experimentado España en los últimos diez años. Ni el Ministerio ni el Instituto Nacional de Estadística habían tenido tiempo de adelantarse, porque Pepe es mucho Pepe.

Ese fue el momento de lucidez de Pepe. Un gran momento. Cansado de que británicos le diesen por la jeta y de que su amigo Luis estuviese siempre en el juzgado, mi colega ha decidido hablar de los brotes verdes. Una semilla arcaica que alguien plantó en el Pleistoceno, quizá su abuelo Pepe Mari, y que él mismo se está encargando ahora de regar. Esos brotes verdes, que en vez de venir en sobres, van a venir esta vez en maletines llenos de billetes para todos los españoles. Ésta es una buena noticia. Así que Pepe para dar un carpetazo a modo de punto y final ha cometido su mayor error. Ayer decidió borrar de su ordenador todos los archivos que le había pasado su amigo Luis. Así, su mujer y España nunca se enterarían de la pornografía compartida entre los amigotes. Por desgracia, el juez le pidió a Luis esos archivos como prueba determinante de su inocencia ante la acusación de violación de vacas suizas. Pobre Luis, pobre Pepe.

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