Día: febrero 15, 2015
Partidos de la nueva y la vieja política
Cinco procesos electorales, una crisis económica que no acaba y una caída del bipartidismo son tres factores que definen el actual panorama político español. Este horizonte permite plantear la hipótesis de que se ha iniciado una nueva etapa con el descalabro de los dos partidos dinásticos (PP y PSOE) y el ascenso de nuevas opciones en el mercado electoral. Probablemente, los populares y los socialistas no serán los protagonistas de la próxima legislatura, dando paso a lo que se podría llamar como una nueva ola. Una nueva ola de partidos donde sus cuadros están compuestos por personas que han nacido en la democracia y han crecido en libertad frente a las viejas guardias que vivieron el franquismo y la Transición.
Independientemente de la realidad política efectiva, PSOE y PP, junto a formaciones como CiU, han quedado asociados en el imaginario colectivo con la corrupción y la desconfianza en la clase política. Mientras que, nuevos planteamientos como los defendidos desde Ciudadanos, Podemos y Ganemos intentan plantear una alternativa a la política gris, es decir, a los errores del pasado. Será el futuro quien corrobore si efectivamente esas palabras se traducirán en hechos. De lo que no cabe duda y las encuestas hablan es que esta es la imagen que la ciudadanía española en general tiene de la política. La sustitución de viejas élites corrompidas por una nueva generación que aún no ha probado el poder en su máximo esplendor.
Es tarea ardua en otros casos, como IU, UPyD o Equo definir si pertenecen a la vieja o la nueva política debido a que combinan elementos de lo nuevo y lo viejo. Si bien, grupos como Podemos y Ganemos que han acusado a la tradicional izquierda -PSOE e IU- de ser parte de la casta, de culpabilizarlos de sus errores, ya han sellado pactos con estas formaciones en el nivel de gobierno municipal y autonómico, creando una suerte de “frente popular”. Y lo paradójico es que las cuentas no salen en las generales para un gobierno en solitario. En este contexto, habrá que ver si las coaliciones de gobierno se basan en la ideología (de derechas o de izquierdas) y por tanto, habría un pacto entre la vieja y la nueva política, perdiendo credibilidad dicho discurso de la limpieza política; o si por el contrario, esos pactos se sustentarán en los nuevos partidos frente a los otros. Sea cual sea, se traicionará el discurso o la ideología, ya que será necesario un sacrificio para los partidos que aspiren a gobernar.