Fanáticos
Malos días. Un mal día tuvo el placer (o la desgracia) de llevarse el arribafirmante con un miembro de la casta del PSOE este pasado fin de semana. Y es que, detrás de la fachada de lo que parecían ser unos dialogantes defensores del señor Madina en las primarias que tienen lugar ahora en el seno del partido, se encontraban unos fanáticos. Todo comenzó cuando alguien preguntó, en una reunión entre (ex)amigos, por el falso discurso de los brotes verdes que se había defendido en el anterior Gobierno de Zapatero. Esperando una respuesta racional y lógica, un miembro del PSOE de Alhaurín El Grande, cuyo nombre no voy a decir por respeto, respondió directamente con amenazas verbales y físicas. A lo que amablemente, el arribafirmante respondió con una retirada silenciosa y respetuosa.
Véase aquí un claro ejemplo de lo qué es un fanático. El fanático es un ejemplar bastante habitual. En cualquier partido, en cualquier grupo humano o colectivo se encuentra. Sus ideas son la única verdad, su fe es inquebrantable y reconocer un fallo sería sojuzgar su credo. Como cualquier religión extremista, cualquier idea que se fundamenta en la fe y en la razón no puede ser defendida dialógica ni discursivamente y sólo puede ser argumentada con gestos y no pocas veces, con violencia física. Sería recomendable en general para todos los partidos (que se dicen democráticos) que evitasen que estas personas estuviesen dentro de sus órganos, y a ser posible que participasen en la vida pública.
Y en particular, recomiendo a este señor, miembro respetado entre los socialista de Alhaurín El Grande, que se dedique a algo distinto a la política o que se someta a la correspondiente terapia psicológica. La obsesión y el fanatismo no son buenos compañeros de camino, ni mucho menos los queremos en una sociedad democrática como la nuestra que pide a gritos una regeneración. Mejor, por la seguridad de todos los ciudadanos quédese en su casa y alégrese de que se va a ahorrar la posible denuncia que podría haberle metido el arribafirmante por amenaza verbal y física.