parlamento de andalucia
Susana en el mito de Electra
La situación en el parlamento andaluz se ha complicado bastante. Ya ni en segunda votación, Susana Díaz ha conseguido investirse como Presidenta de la Junta de Andalucía. Pese a ser una de las líderes mejor valoradas en los últimos meses, eso no ha impedido que se vea salpicada por la imputación de Chávez y Griñán. Y es que, la dimisión de ambos es la condición que fuerzas como Ciudadanos y Podemos están reclamando para dar luz verde al poder ejecutivo. Mientras tanto, los populares siguen observantes desde sus cuarteles de invierno, los ayuntamiento de las capitales de provincia, esperando al vendaval de las elecciones locales.
La cuestión es que son mentalidades distintas, discursos distintos, los que separan a los socialistas más jóvenes, los que se encuentran actualmente entre la treintena y la cuarentena, de los mayores que ya han superado el medio siglo. En palabras de Bourdieu, son dos habitus distintos: unos que han crecido en los convulsos tiempos del tardío-franquismo y la Transición, y otros que ya han vivido su plenitud política o han nacido en la democracia. Sin embargo, el cambio de los tiempos ha llevado a nuevas exigencias de los social-demócratas sevillanos.
En este contexto, el dilema de Díaz mantiene una analogía con el mito de Electra. La hija debe “matar a su madrastra”, es decir, a sus predecesores políticos para poder gobernar, para convertirse en reina del reino. Un reino en el que parece que por fin se eclipsa una de sus más míticas dinastías. Si no hay parricidio, el reino tendrá que volver a pronunciarse sobre quiénes serán sus delegados en la corte real y el ciclo volverá a abrirse una vez más. Veremos.
Díez derrotada por Rivera
El resultado de nueve parlamentarios autonómicos que ha obtenido Ciudadanos ha asestado el último golpe a la formación magenta. La marca de Albert Rivera es la primera vez que se presenta a los comicios andaluces, obteniendo la entrada en la cámara andaluza, mientras que UPyD sigue sin conseguir siquiera un escaño en la institución legislativa. De esta forma, se salda la disputa ya iniciada anteriormente por Rosa Díez cuando se propuso la fusión o la coalición entre ambas fuerzas con idearios similares.
La noticia no ha sentado muy bien en la sede de UPyD donde se ha nombrado un comisario frente a la revuelta interna. Mientras, más de mil afiliados de la ola magenta se han pasado a Ciudadanos, demostrando las tesis elitistas de Michels en las que independientemente de quien gane, al final se produce la victoria de una minoría frente a otra. Y es que, la minoría liberal no queda claramente representada en un partido controlado por una líder de la vieja guardia que se resiste a abandonar la vida públicas después de tres décadas, a la vez que, defiende el “fair play” en la política y la finalización de la profesionalización de la política.
El hecho de que los votos obtenidos por Ciudadanos provengan de antiguos votantes del PSOE y del PP no es algo a lo que nadie le haga asco. Sea como sea, Podemos y Ciudadanos están canalizando el descontento frente a los partidos tradicionales, mientras fuerzas alternativas como IU son barridas por el electorado. Mención a parte, partidos como UPyD o el extinto PA que empiezan a cuestionar su existencia, a excepción de las concejalías que mantienen en distintos municipios. Otra cosa será hablar de la gobernabilidad de Andalucía en manos de un PSOE con escaso apoyos y asediado por las propuestas de la oposición en cuanto a un posible gobierno en solitario.